En defensa de la libertad de expresión del Papa

Autor: Elena Baeza Villena 

 

 

Mucho se ha escrito, se ha dicho y se ha manipulado sobre lo que dijo el Papa Benedicto XVI en su viaje a Camerún. Y, ahora me entero que el Parlamento Belga ha aprobado por amplia mayoría una resolución en la que instó al Gobierno a condenar las “declaraciones inaceptables” –según ellos- del Papa contra el uso del preservativo en la lucha contra el Sida y a protestar oficialmente ante el Vaticano. Me pregunto: ¿Un país como Bélgica necesita publicitarse ante la comunidad internacional mediante este tipo de declaraciones, sin analizar seriamente las palabras de Benedicto XVI?

No piensa igual el máximo experto en Sida, Edward Green, director del Proyecto de Investigación de Prevención del Sida, de Harvard, cuando afirma: “El Papa tiene razón. Nuestros mejores estudios muestran una relación consistente entre una mayor disponibilidad de preservativos y una mayor (no menor) tasa de contagios de Sida”.

Green sostiene que el modelo en la lucha contra el Sida sigue siendo el ugandés, donde el Gobierno adoptó en los años 80 un programa que decía “quédate con tu pareja o sé fiel”. Allí donde las campañas se han centrado en la abstinencia y la fidelidad, las estadísticas hablan por si solas, en el año 1991 la población estaba infectada en un 15%, 10 años después esa proporción se redujo al 4% y en los últimos 20 años Uganda es la única nación que ha reducido el Sida en un 75%, hecho reconocido por Naciones Unidas.

Es difícil entender que se prohíba el tabaco para reducir el cáncer de pulmón y nadie diga nada. ¿Saben que les digo? que mi padre fumaba tres cajetillas diarias de tabaco y murió a los 76 años, pero no de cáncer de pulmón, mientras mi suegro que jamás había fumado murió a los 62 años, víctima de un cáncer de pulmón. No, quiero con ello decir que yo esté a favor del tabaco, de hecho yo no fumo, ni mi marido ni mis cinco hijos, ni sus respectivas esposas.

Después de todo lo relatado, sólo me queda felicitar al Santo Padre y dar gracias por tener un guía para la salvación de nuestras almas con la valentía y sabiduría como tiene Benedicto XVI.