¿Sabe lo que dice?

Autor: Elena Baeza Villena 

 

 

La Ministra de Igualdad, Bibiana Aído, ha querido responder al Cardenal Rouco, que a la Iglesia le corresponde decir lo que es pecado, pero no lo que es delito. Una vez más demuestra la Ministra, su prepotencia al erigirse ella misma en juez de lo que le puede y lo que no puede decir la Iglesia, y, en segundo lugar, por la simpleza de su formulación.

El Cardenal Rouco, en su discurso dijo que: “uno de los campos de la vida social donde urge evangelizar de nuevo es el de la conciencia acerca del don inestimable de la vida de cada ser humano y del derecho de todos a vivir, desde el momento de la concepción de un nuevo individuo de la especie humana hasta su muerte natural”. Y citando al filósofo Julián Marías, que pensaba que “la aceptación social del aborto es, sin excepción, lo más grave que ha acontecido en este siglo que se va acercando a su final”, refiriéndose al siglo XX, añadió que si “el crimen del aborto ensombrece desde siempre la historia de la humanidad”, ha sido “precisamente en el siglo pasado cuando amplios sectores sociales han empezado a considerar públicamente que eliminar a los que van a nacer no sería algo de por sí reprobable y cuando tal mentalidad ha encontrado eco en legislaciones que han dejado de proteger de modo adecuado el derecho de todos a vivir”.

Sra. Aído el aborto es un crimen, por muchas leyes que lo permitan, siempre será el crimen más horrendo, porque va contra el primer derecho humano, el derecho a la vida y porque va contra los más indefensos. Pero claro, todo esto vamos olvidándolo en medio de las crisis que sufrimos todos los segmentos de la sociedad, una sociedad que nunca ha hablado tanto de derechos humanos y de libertad, para luego, cuando le conviene, los conculca en los seres menos libres y más en peligro; los bebés nó nacidos, que en el seno de su madre no encuentra ni amor, ni seguridad para ir creciendo. Tan solo encuentra la muerte más espantosa y más injusta.

Como he leído en el blogs de Manuel Mª Bru “la Catedrática de filosofía moral y política Victoria Camps, y presidenta del Comité proabortista del gobierno, ha calificado las declaraciones del Cardenal como “una defensa de la vida extremista, sin matices”. Ya hace 18 años Adela Cortina denunció esta “moral del camaleón”, la ética sin convicción que se adapta al interés de cada momento. La ética de todos los intelectuales al servicio de los tiranos para justificar todos los crímenes humanos, que siempre son matizados, es decir, discriminatorios.
¡Que bien les hubiera venido a Hitler y a Stalin que un filósofo alemán o ruso hubiese justificado sus campos de concentración y sus masacres genocidas oponiéndose a una “defensa de la vida extremista y sin matices”! Las palabras de Victoria Camps, fotografían ese “proceso de deterioro de la conciencia moral en lo que toca al valor sagrado de la vida humana” que vive España desde hace décadas y que denunciaba ayer el Presidente de la Conferencia Episcopal Española”. Más fuerte sí, más claro nó. Tome nota Doña Bibiana y antes de hablar piense que va a decir.