Porque no hablar más de los que luchan por vivir con dignidad?

Autor: Elena Baeza Villena

 

 

Cuando ocurre algún caso aislado como en estos días el suicidio de Madeleine, -la que al parecer, además de su enfermedad “ELA”sufría una gran depresión- animada y ayudada por los activistas del grupo de la campaña mediática, que la alentaron a tomar la decisión. Corren ríos de tinta, debates televisivos, tertulias radiofónicas…y la intentan proclamar como una héroe.
Pero nadie se acuerda, ni hablan de tantas y tantas personas que luchan a diario. He leído en estos días opiniones de personas, que padecen la misma enfermedad, otros tetrapléjicos, enfermedades incurables, sin embargo todos con unas ganas de vivir y luchar, viven alegres y con dignidad. “Vale la pena seguir trabajando” comenta el sacerdote Don Luis de Moya, que lleva 15 años tetrapléjico. Cuesta superarlo, pero vale la pena, se puede disfrutar también desde y con la enfermedad. Y, es que estamos confundiendo la dignidad con la calidad de vida, son enfermos incurables, no incuidables. La solución es que no se sientan solos. La verdadera piedad y compasión, no es la que quita la vida, sino la que la cuida hasta su fin natural.