Del patinaje de los Juegos Olímpicos, a monja

Autor: Elena Baeza Villena 

 

 

La joven deportista estadounidense, Kirstin Holum deja su carrera de éxito que le auguraban en los Juegos Olímpicos de Invierno 2010, para convertirse en religiosa. Ya en 1998, cuando sólo tenía 17 años deslumbró al mundo en Nagano (Japón).

En declaraciones a Yahoo Sports, Kirstin, conocida ahora como la hermana Catherine , comenta: “el patinaje de velocidad era una inmensa parte de mi vida, pero en peregrinación a Fátima descubrí que el Señor me llamaba a dedicarme a los pobres y desamparados y para evangelizar”.

Tras escuchar la llamada del Señor, desde 2009 vive en el convento de San José en Leeds (Reino Unido), sin televisor, ni Internet. “No me resulta fácil pensar que las cosas pudieron haber sido diferentes para mí y que pude haber participado de otras Olimpiadas, pero ese no era el camino del Señor para mí y no me arrepiento para nada del que tomé”, añade, llena de felicidad. Aunque no tiene mucha oportunidad de seguir a sus excompañeros del patinaje, dice: “que sus pensamientos y oraciones están con ellos”.

Que Dios y su Madre Nuestra Señora de Fátima la protejan siempre, para que sea feliz siendo fiel a su vocación.