Dos Pontificados

Autor: Elena Baeza Villena

 

 

Juan Pablo II y Benedicto XVI van a dejar una huella duradera en la Iglesia. No cabe duda de que quien mejor interpreta la memoria de Juan Pablo es Benedicto, en el que no han faltado las comparaciones entre las personalidades y los “estilos” de ambos. Algunos diarios confrontaron el primer año de ambos pontificados, y de ahí resultaba evidente el perfil más contenido del Papa actual en cuanto al número de discursos, viajes, apariciones públicas, audiencias, visitas, ect. Además de la diferencia de personalidad, en esos análisis no se recuerda que Benedicto XVI ha iniciado su pontificado con veinte años más que Juan Pablo, por tanto concentra su actividad en los aspectos que considera esenciales.

En una entrevista que hace Die Passauer Neue Presse y comentada en análisis digital (28-IV-06), a Peter Seewald, dice el periodista y escritor que el Papa “no es un político”, “no tiene la vista puesta en unas próximas elecciones, sino únicamente el Juicio final. Y Benedicto no tiene intención alguna de distanciarse del magnífico legado de su predecesor. Por el contrario, quiere llevarlo a una fruición plena. Y eso es una labor inmensa”. El nuevo Papa se hace pequeño, y así da la impresión de ser mucho más grande, y como resultado resulta alguien muy accesible. De alguna manera, Benedicto ha nacido profesor, y lo que ha comenzado con su nueva escuela de fe puede ser la mayor catequesis desde el tiempo de los Apóstoles”. Ya ha dicho “que escribirá poco, más bien se dedicará a recordar y mantener todo el legado que nos ha dejado Juan Pablo”. Creo que el Papa ha logrado fundir dos pontificados a la perfección en uno solo, doble, de dimensiones históricas