El crimen del no nacido

Autor: Elena Baeza Villena 

 

El problema más grave de nuestro tiempo en relación con el respeto a la vida humana es el aborto. Primero porque se trata de un atentado contra el derecho primordial de toda persona, y segundo por el número elevadísimo que se llevan a cabo en todo el mundo. A los que llaman “interrupción del embarazo”, quisiera que me explicaran que entienden ellos por interrupción. En el diccionario la palabra interrupción significa “suspender”, un trabajo para luego continuar con él. El aborto, no es una interrupción, es un crimen, porque acaba con la vida del niño no nacido. Una vida propia y distinta de la de la madre. Desde su fecundación el hijo tiene ya su propio patrimonio genético y su propio sistema inmunológico distintos de los de su madre. Por eso, tampoco estoy de acuerdo con los que dicen que no hay derecho pretender negar a las mujeres “su derecho a decidir lo que hagan con su cuerpo”.

Muy equivocados están también los que así piensan, porque no es una decisión sobre su cuerpo, la decisión sobre su cuerpo la tenían que haber pensado antes de quedarse embarazada. Ahora ya, lo que cometen es un crimen. Un crimen cobarde. Un crimen contra el más indefenso que no puede defenderse.

Por eso, toda persona de bien tiene el deber de movilizarse para afrontar los múltiples ataques a los que está expuesta hoy la vida del no nacido.