Madre Carmen

Autor: Elena Baeza Villena 

 

Antequera, este domingo ha vivido una jornada de alegría, por la beatificación de Mª del Carmen González, “Madre Carmen”, en reconocimiento por la fe y el amor, que esta mujer del siglo XIX encontró y transmitió. Su grandeza no consiste en que haya realizado grandes inventos, ni grandes creaciones artísticas, sino en que pasó por el mundo haciendo el bien y curando las heridas de sus hermanos.

A los veintidós años, tras vencer la oposición de su padre, contrae matrimonio con Joaquín Muñoz del Caño, del que estaba perdidamente enamorada, cosa poco habitual en la época y entorno en el que le tocó vivir. Como ya presagiaba su progenitor, fue un verdadero calvario para la joven, que debido a la condición de jugador de éste, llegó incluso a perder su propia herencia para subsanar las deudas que cometía. Al mismo tiempo que conservaba su matrimonio, Carmen se volcaba en atender a los más desfavorecidos. La fe y el amor a Dios es lo que le dio fuerzas para amar y perdonar a su marido una y otra vez, tomando esta relación como una manera de fortalecer su espíritu. A los cuarenta y siete años se queda viuda, no sin tener la satisfacción de ver cómo su marido, en los dos últimos años de vida, colabora con ella en las numerosas obras asistenciales y le acompaña en su vida de piedad. Carmen una mujer fuerte que ha sabido superar todo tipo de dificultades, da un giro a su vida y se consagra a Dios, para fundar la Congregación de las Hermanas Franciscanas de los Sagrados Corazones. Esto lo saben muy bien los niños, los ancianos y los enfermos, beneficiarios directos de la fe y el amor que inundaba el corazón de la Madre Carmen.

Es un ejemplo a imitar en nuestros tiempos, donde el sentido del sufrimiento y el amor, se han perdido, dando paso a una vida de placer e implantando la palabra amor, en lo que no es el verdadero Amor, y en el que muy pronto aparecen el dolor y la desesperación.