La religión del Amor más grande II

Autor: Camilo Valverde Mudarra

 

 


Jesús propuso la parábola del buen samaritano. Prójimo es: “El que practicó la mesericordia. Vete y haz tú lo mismo” (Lc 10,29-37). Avanza más, exige mucho más, no sólo hay que amar al prójimo, al que se tiene cerca, sino a todo el mundo y al que es hotil

 

Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rezad por vuestros perseguidores; así seréis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace brillar el sol sobre malos y buenos y envía la lluvia sobre justos y pecadores. Porque si amáis sólo a los que os aman, ¿qué premio merecéis? ¿No obran asi también los pecadores? ¿Qué hay de nuevo en saludar a vuestros amigos? ¿No lo hacen también los que no conocen a Dios? Por lo tanto, sed perfectos, como es perfecto vuestro Padre del cielo (Mt 5,43-48)

 

Es una de las enseñanzas más novedosas y revolucionarias del Evangelio, por la motivación que da del alcance del amor cristiano. El amor que Jesús viene a enseñar es inmenso, insondable. Amor sin fromteras, expresión del amor de Dios que es universal, cuya perfección están llamados a manifestar. El disípulo debe amar así, poeque de ese modo ama Dios. Este será su signo distintivo. Sólo el amor y la no-violencia vencen al opresor. Amor sin medida, incondicional a todos y respetuoso con los demás

 

Haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, rogad por los que os maltratan. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra y al que te quite el manto, dale también la túnica. Da a quien te pida y a quien te quita lo tuyo, no se lo reclames. Tratad a los demás como queréis que os traten a vosotros.

Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada a cambio; entonces vuestra recompensa será grande y seréis hijos del Altísimo, que es bueno con los ingratos y los pecadores. Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo»

«No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados y perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará: recibiréis una medida bien llena, apretada y rebosante; porque con la medida que midáis seréis medidos» (Lc 6, 36;Mt 7,1-5)

 

Jesucristo denuncia el mal amor; exhorta al amor exigente consigo mismo y comprensivo con los demás. Expone un programa de vida: mirar y hacer a los demás con la comprensión y amor con que Dios nos contempla.

 

¿Por qué te fijas en la brizna que tiene tu hermano en el ojo y no en la viga que tienes en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: 'Hermano, deja que te saque la pelusa que tienes en el ojo, tú que no ves la viga que llevas en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo y entonces verás con claridad y podrás sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano (Lc 6,41-42).

 

El amor a los enemigos lleva anejo el perdón, presupuestos indispensables para conseguir el perdón del Padre, según reza el Padrenuestro. El perdón es un rasgo distintivo del cristiano, como Jesús en la cruz. la misericardia del hombre encontrará la misericordia de Dios. No se condena la corrección con caridad. la corrección fraternea debe hacerse para que el hermano que ha pecado tome conciencia de su falta y se arrepienta (Lev 19,17).

El amor que Jesús propone es el amor total, inmenso; es amar sin reservas que ama siempre y todo lo perdona, siguiendo la misericordia del padre (Lc 6,36). El perdón como actitud permanente, a imitación de Dios (Lc 15,11-32):

 

Si tu hermano peca contra ti, ve a hablar con él a solas (Lev 19,17).

Entonces Pedro se acercó y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces debo perdonar las ofensas de mi hermano? Jesús le contestó: «No siete veces, sino setenta veces siete». «Por cierto: el Reino de los cielos es semejante a un rey que resolvió arreglar cuentas con sus empleados. …Uno que debía diez millones de monedas de oro. Y le suplicaba: "Ten paciencia conmigo, y yo te pagaré todo." El rey se compadeció, y no sólo lo dejó libre, sino que además le perdonó la deuda. Pero apenas salió…"Siervo malo, yo te perdoné todo lo que me debías en cuanto me lo suplicaste. ¿No debías haberte compadecido de tu compañero como yo me compadecí de ti? Y se enfureció tanto el señor, que lo entregó a la justicia hasta que pagara toda la deuda» Y Jesús terminó con estas palabras: «Así hará mi Padre celestial con vosotros si no perdonáis de corazón a vuestros hermanos» (Mt 18,15.2135). Lc 17,3; Jn 20,23

 

Amor sin límites, perdón siempre y a todos. “Siete veces” es una cifra simbólica que indica perdón total, ilimitado. La parábola describe la actitud del hombre ante Dios, que ha de ser de humildad y agradecimiento. Todo lo rcibimos de Él, es gracia; sus dones son inmerecidos, gratuitos.

Cumbre de la bondad y del perdón es la página maestra de la parábola del “hijo pródigo. S. Lucas inmortaliza la imagen de un Dios infinitamente cariñoso y amante, encarnación de la misericordia, dispuesto al perdón, sin saber aún sobre su conversión y al abrazo al caído: He encontrado al hijo que estaba perdido (Lc 15,11-32). Propone un modelo de hombre basado en la fraternidad, humilde y sencillo que se rige por el servicio a los demás, se hace “servidor” del hermano.