I. Dios se revela en los pobres

Autor: Camilo Valverde Mudarra

 

 

LOS POBRES, PUEBLO DE DIOS 

         El concepto de pobre, en la Biblia habla tiene, de manera clara, un carácter social. Pobre es el necesitado el indigente, el que sufre múltiples carencias, físicas, económicas, sociales y culturales. Por su humilde condición social, es un marginado, un despreciado y un excluido. Con frecuencia es una víctima de los ricos y de los poderosos, sus opresores, causa de su pobreza. El pobre representa el polo opuesto al rico: uno es humilde, porque la pobreza imprime carácter de humildad y el otro es soberbio, pues la soberbia suele ser el fruto de la riqueza. El pobre suele ser virtuoso y el rico un pecador, un pecador público. La pobreza espiritual sin la pobreza social no es nada, no existe. Que un rico pueda ser un pobre de espíritu es una pura fantasía, algo totalmente irreal.

         Pobre es el que se muere de hambre, el famélico, el que está flaco y desnutrido, el que padece enfermedades como consecuencia de una deficiente alimentación. El que bucea en los basureros para encontrar algo que sostenga su supervivencia. Pobre es el miserable, el mendigo, el que no puede subsistir sin la caridad del prójimo; el que se encuentra en la más espantosa soledad y corre el peligro de la desesperación; el aplastado, el machacado, el oprimido por los vividores y los explotadores; el curvado, el doblado físicamente bajo el peso de la losa de su miseria; el que tiene como techo el cielo azul de las estrellas y como lecho la madre tierra, origen y destino de todos los mortales; el que, como Jesucristo, no tiene casa donde reclinar la cabeza.

         Pobre es el muerto social, el extrañado, el que no encuentra apoyo humano y se refugia en Dios; el profundamente religioso que, al no encontrar a nadie que lo mire y en quien mirarse, se acerca al Señor con toda humildad y absoluta confianza; el que pertenece a la clase social más humilde y más insignificante, el que socialmente no pinta nada, al que nadie hace caso y todos rehuyen, pero, procede con dulzura en sus escasas relaciones humanas; el que pide permiso para hablar y el que se excusa y, de antemano, ruega perdón por si, con sus palabras, puede ofender a su interlocutor. Pobre es el que cumple el primer mandamiento que Dios ha dado al hombre, el que se gana de comer con el sudor de su frente. El que, si no trabaja, no puede comer, no puede subsistir.

         Sin embargo, aquel que, por no querer trabajar, cae en la miseria, no es un pobre bíblico; es, mas bien, un inútil, víctima de su vagancia, un parásito que debe cambiar de vida; por lo que, San Pablo dice que quien no quiere trabajar, que no coma.        La Biblia repite mil veces la postura compasiva, misericordiosa y liberadora, que hay que tener ante el pobre y, que resume así:

 

"Defended al huérfano y al pobre.

Haced justicia al desvalido y al humilde;

librad al oprimido y al indigente,

sacadlos de las manos de los criminales" (Sal 82,3-4)

 

 

 

I .- ANTIGUO  TESTAMENTO 

Abrahán era de Ur de los Caldeos, al sur de Babilonia. Dadas las circunstancias de penuria, que afligían a Caldea, numerosas familias se vieron obligadas a emigrar, entre ellas la de Abrahán. Pero en Abrahán la emigración está esencialmente ligada, no sólo al estado de necesidad, sino a la elección divina, a la llamada de Dios. Hacia el año 1.850 a.C. Dios le ordena: "Sal de tu tierra, de tu patria, y de la casa de tu padre y vete al país que yo te indicaré. Yo haré de ti un gran pueblo. Te bendeciré y engrandeceré tu nombre" (Gn 12,1-2).

Abrahán obedece, sin decir una palabra, pues cuando Dios manda, al hombre le toca obedecer. Lo deja todo, pero, a cambio, recibirá una tierra y será el padre de un pueblo grande y numeroso. Y Abrahán comienza a recorrer el camino de la esperanza. Llega a Palestina por el norte (Siquem) y Dios le dice:"Esta es la tierra que yo daré a tu descendencia" (Gn 12,7).

Abrahán murió pobre, esperando el cumplimiento de las promesas que se repetirán después a Isaac. Esta misma promesa reiterará a Jacob (Gn 28,13-15) y finalmente a Moisés (Ex 3.6-8.6.28). Hacia el año 1.740 la familia de Jacob bajó a Egipto, donde, al cabo de los tiempos, comenzó a cumplirse la promesa hecha a Abrahán: Su descendencia, en efecto, se hizo numerosa. Pero estaban condenados a vivir en tierra extraña y sometidos a los trabajos forzados de la esclavitud en la construcción de las ciudades de Pitón y de Ramsés (Ex 1,3 -16)

Tenía que cumplirse también la promesa de la tierra. Había, pues, que sacar de la esclavitud a los hebreos y hacer de ellos un pueblo independiente y libre. Para esa misión, Dios elige a un pastor, Moisés, de la tribu de Leví, que había sido educado en la corte de Egipto, de donde tuvo que huir, pues estaba perseguido por el Faraón, por haberse tomado la justicia por su mano ante el maltrato que los egipcios daban a sus conciudadanos hebreos (Ex 2,11-12 ), para refugiarse en el desierto del Sinaí. Moisés acaudilla la gesta del Éxodo y es el fundador de lsrael, un pueblo de pobres, de oprimidos, de esclavos, al que Dios elige, entre todos los pueblos del mundo, por puro amor: "El señor, tu Dios, te ha elegido para pueblo suyo entre todos los pueblos de la tierra.

A pesar de ser un "pueblo de cabeza dura" (Ex 33.3), es un pueblo teocrático, cuya ley constitucional, que regula las relaciones de unos con otros y de todos con Dios, se plasma en el Decálogo que Moisés recibe de Dios (Ex 20,1-17). Esto quiere decir que Moisés es también el creador de la monolatría y de la fe en Yahvé.

Esta gesta, que constituye la primera y definitiva actuación de Dios en la historia humana para llevar a un pueblo oprimido a los espacios de la libertad, despertó en los hebreos una fuerte conciencia nacional que será vivamente reactivada a lo largo de los tiempos, de manera especial en la fiesta de la Pascua, en la que se recordará esto en alta voz, como uno de los artículos fundamentales del credo de Israel: "Mi padre fue un arameo errante que bajó a Egipto. Allí se quedó con unas cuantas personas, pero pronto se convirtió en una nación grande, fuerte y numerosa”.

En Israel se levantaron muchas voces en favor de los pobres.