Sonrisas por teléfono
Autor: Padre Carlos G. Valles, S.J.
Web: Carlos G. Vallés
Se identificó por teléfono como la Madre Superiora de un convento y me pidió dirigiera unos Ejercicios Espirituales a su comunidad. Yo no podía sacar tantos días libres en mi agenda, y hube de contestarle que no me iba a ser posible. Pero noté que tenía una voz muy bella, y que hablaba con un tono de alegría y de gozo que contagiaba sonrisas por teléfono. Y se lo dije al final. Le dije: "Siento no poder ir, pero déjeme decirle una cosa. No sé si se lo habrán dicho alguna vez, pero tiene usted una voz muy bella y agradable, y habla usted con un tono de gozo que se le adivina la sonrisa y alegra a quien la oye y habla con usted."
Se rió por el teléfono. Seguro que se sonrojó un poquito. Nos despedimos. Sospecho que se quedó más contenta que si yo hubiese podido aceptar sus Ejercicios.