Todos los días

Autor: Padre Carlos G. Valles, S.J.

Web: Carlos G. Vallés

 

   

  

[De la biografía de Viktor Frankl, "La llamada de la vida" por Haddon Klingberg, p.373]

¿Con qué asiduidad rezaba Viktor? Después del Holocausto, al menos cada mañana. Al levantarse el día, Viktor se encerraba en su estudio, se colocaba las filacterias y las cajas de cuero negro con las palabras sagradas y rezaba sus oraciones. Tras su muerte, le pregunté a Elly [su mujer, que era católica] si realmente rezaba esas oraciones todos y cada uno de los días. "Desde luego", asintió ella. "No dejó de hacerlo ni un solo día. Cada mañana, durante más de cincuenta años. Pero nadie lo sabía."