No todas las religiones son iguales

Autor: Carlos Vargas Vidal

 

 

Hace un par de semanas leí un escrito en este mismo diario titulado “Un solo Dios, ¿cuántas religiones?, de Aurora Franco de Carrasco, Representante de Información Pública de la Comunidad Baha’i de Panamá.

El escrito aludido le pareció bien a algunas personas de mí en torno. Aún cuando, les parecía extraño ver a Jesús en parangonado con Krisnha, Moisés, Zoroastro, Buda, Mahoma y Baha’illáh. Yo, en cambio, sentí en mi interior un remezón tal apenas leí eso de que: “todas las religiones son una, son Dios, son la Verdad”.

El escrito termina haciendo mención de la armonía entre los grupos religiosos, de Juan Pablo II y el Concilio Ecuménico. Y creo que esa sola mención ayudó en mucho a disipar algunas dudas sobre lo infundado del escrito.

Me mueve mucho hablar del tema después de haber leído las palabras de Monseñor José Ignacio Munilla, Obispo de Palencia, España: “No sería correcto confundir el diálogo interreligioso propugnado por la Iglesia Católica con el relativismo tan extendido en nuestra cultura, el cual viene a presuponer, poco más o menos, que todas las religiones son iguales”.

Y continúa diciendo: “Es cierto que todas las religiones son respetables, tienen elementos positivos y que debemos trabajar conjuntamente por la mutua comprensión y colaboración en favor de un orden mundial justo y pacífico. Pero eso no supone que el hombre creyente haya dejado de tener el derecho y hasta el deber de seguir la religión que en su conciencia ha conocido como “suprema verdad”. “Recuerdo”, termina diciendo, “que una de las mayores tonterías que he escuchado en televisión, fue la de un conocido director de programas de debate cultural-esotérico-filosófico, quien se declaró públicamente como “ferviente cristiano, budista convencido, fiel musulmán, y judío apasionado…”.

También es cierto, como dice el Padre Jordi Rivero, “En todas las religiones hay elementos de la verdad. Es el mismo Dios a quien los musulmanes llaman "Alá", los judíos "Yahveh" y los cristianos "Padre". Pero, ello, para nada indica que todas las religiones son Verdad.

Si vemos nuevamente la lista de nombres que menciona la señora Carrasco, veremos que todos, sin excepción, son personajes históricos. Sin embargo, solo uno de ellos era y es verdadero hombre y verdadero Dios. ¡Hablamos, por supuesto, de Jesús!

Y fue ese mismo Jesús quien dijo: “… edificaré yo mi Iglesia” (Mt 16,18 / Nácar-Colunga). Es decir, una sola Iglesia basada, desde luego, en sus propias enseñanzas. Enseñanzas que recoge la religión cristiana a plenitud y que, por ello, lleva su nombre.

Si solo hay un Dios, quiere decir que solo hay una verdad divina. Como no puede haber más que una verdad divina, entonces, de ahí que solo puede haber una sola religión verdadera.

Lo sensato para todos nosotros, hijos de Dios, sería elegir esa religión verdadera; y no la que más me guste o me satisfaga o se acomode mejor a mis circunstancias personales. Pero, esto no siempre es fácil.

En cambio, para algunos si es fácil relativizar su elección aduciendo que Dios está en todas partes. ¡Lo cual es cierto! Pero, ese estar en todos lados se debe a su omnipresencia y no a su aquiescencia; porque Dios, simplemente, no puede consentir en todo lo que está mal.

Los que abogan porque todas las religiones son iguales no practican ese mismo relativismo en las cosas más prácticas. Por ejemplo, ¡todos los zapatos de vestir son iguales! Lo triste de todo es que, como dice el Padre Jordi Rivera, “nos interesa más la verdad sobre las cosas materiales que las espirituales, ponemos más atención al cuerpo que al alma”.

Y como bien dice él, “proclamar que todas las religiones son iguales nos da un sentido de apertura y tolerancia. Pero, ¿es verdad?”.