Curiosidades de nuestra Editorial Católica

Autor: Claudio De Castro

 

 

A veces sientes que en mundo te cae encima y es cuando hay que recobrar las fuerzas y continuar, a pesar de todo.

Como sabes logré sacar adelante 24 nuevos libros en nuestra pequeña editorial Católica, ediciones ANAB.

“¿Por qué tantos?” me decían.
“¿Por qué no los haces en una imprenta?”

El motivo es muy simple. Porque al hacerlos con nuestras manos y ofrecimientos, convertimos el trabajo en oración.

En el trayecto, me pasaron algunas cosas curiosas.

Llegué a la emisora de un amigo para grabar unas cuñas de radio, para la editorial. Al entrar, en la emisora: !BUM! Se escucha una explosión y se va la luz. Explotó el transformador de la esquina.

“Esto nunca ha ocurrido”, me dijo preocupado mi amigo.

”Soy el culpable” le dije, sonriendo.

Regresó la luz a la media hora y su computador, donde iba a mezclar la música con la voz, se dañó.

"¿Qué es esto?", se decían entre ellos.

El técnico se llevó a su casa la cuña de radio para trabajarla allá y se enfermó por más de 15 días con una fuerte gripe.

Al final logramos perseverar y sacamos adelante la cuña.

El colmo fue lo que pasó recientemente.

Los libros estábamos trabajándolos en la casa. La editorial es artesanal. Hemos compaginado 57,467 páginas, clipsado 14,000 veces, ordenado las portadas 7000 veces...

Salí para hacer unas diligencias y tomar un descanso. De pronto escuché un trueno violentísimo. Fue como una inmensa explosión.

“Qué raro” me dije. “¿Será que va a llover?” porque el cielo no estaba tan oscuro. Empezaba apenas a oscurecer. “Mejor me voy a mi casa antes de que llueva”.

Cuando llegué a la casa, todos estaban asustados.

“Claudio... El rayo cayó en la casa!”
“¿Cómo?”

Todos estaban aturdidos y asustados por la explosión, los oídos tapados por el bombazo.

Cayó detrás de la cocina. Destruyó dos aires acondicionados y la casa se llenó de humo. Voló la tarjeta de red de la computadora... Se vio una fuerte luz que envolvió la casa y fuego que salió del lugar donde golpeó el rayo (Gracias a Dios nadie salió lastimado).

En ese momento me acordé del sueño de los cuatro rayos de Don Bosco, que se cumplió cuando recibió en sus manos el decreto los privilegios de los Salesianos.

"Yo, que soy poca cosa, ya tengo mi primer rayo". Me dije emocionado y pensé en todo el bien que harían estos libritos.

A pesar de tantos inconvenientes, se experimenta la presencia viva y protectora de Dios.

Una persona rompió a llorar cuando le obsequié uno de los libros. "Es lo que necesitaba", me dijo. Los testimonios son tantos, que nos motivan a seguir en este apostolado familiar.

La editorial inció el día de la Virgen del Carmen. Sacamos por primera vez a la venta la nueva colección el día de Cristo Rey. Y se nos abren las puertas a un cliente muy importante y esperado, que nos ayudará a continuar, hoy, día de la Medalla Milagrosa.

*Para mayor información puedes visitar neustra pagina web
www.edicionesanab.trimilenio.net
o escribirnos
claudio@decastro.co.cr