El camino de Dios

Autor: Claudio De Castro

 

 

La vida está llena de caminos. Yo opté por el camino de Dios.

A veces resbalo y caigo a un costado saliéndome del camino. Entonces Dios manda alguna persona que me ayuda a continuar.

Descubres tantas personas en este camino. Emocionadas te hablan de Dios y te cuentan sus experiencias.

Se han decidido por Dios. Viven a plenitud la gracia. Disfrutan pasar ratos en silencio y tener momentos de intimidad con el buen Dios.

La oración es parte de sus vidas.

Reflexionan en las vivencias cotidianas que tienen con Dios. Esos pequeños milagros que a diario viven.

Sienten, palpan, y descubren la presencia de Dios en medio de ellos.

Su mayor alegría es hacer la voluntad del Padre. Aceptar de buen agrado lo que Dios les mande.

Son tantos.

Los encuentro caminando cerca de mí.

Emocionados compartimos nuestras experiencias, casi todas sobre el amor y la ternura de Dios.

Recuerdo a un amigo que se emocionaba hasta las lágrimas cada vez que mencionaba a Dios y nos contaba sus aventuras.

Una vez nos dijo: “El día que muera hagan una gran fiesta”. Lo comenté en el trabajo y una muchacha me preguntó: “¿Por qué? ¿Tan mal le va?”
“Al contrario”, le dije, “la fiesta es porque anhela estar con Dios”.

¿Te gustaría abandonar el sendero que transitas e iniciar este camino? Es muy sencillo. Ya sabemos dónde encontrarlo. Está a tu lado, en ti.

Es Jesús.

“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”. (Jn 14, 6)