Carta a mis Amigos

Autor: Claudio De Castro



Panamá, 3 de julio de 2003

Hoy es mi cumpleaños. Nunca pensé que el buen Dios me daría esta vida tan larga y hermosa. Pero Él es así, maravilloso. Me concedió una familia en la que me siento amado y seguro, la certeza de la fe y un tiempo para hacer las cosas. 

Dicen que el tiempo es lo más valioso que poseemos, y yo lo creo. La pregunta es: ¿Qué haré con lo que me queda? 

Primero pediré perdón a todos cuantos haya ofendido o molestado, casi siempre sin quererlo, por mi forma de ser. Y empezaré por ustedes. Pidiéndoles de corazón que me perdonen si alguna vez los ofendí.

Todos los años me preparo anticipadamente para mi cumpleaños. Procuro hacer una buena confesión una semana antes y luego participo de la santa misa y hago propósitos que espero cumplir a lo largo de los doce meses. No es fácil, y no siempre lo logro. Pero como lo anoto en papeles que luego escondo, siempre voy encontrando alguno y renuevo estas metas.

¿Quieren saber la verdad? Lo que más deseo, lo que anhelo, por lo que cambiaría todos mis logros, es esto : tener contento a Jesús. Mi gran amigo, bondadoso y fiel.

Si el día de hoy se me apareciera Jesús y me preguntara: “Dime Claudio, ¿qué deseas que pueda darte?” Le respondería sin dudarlo: “Te quiero a ti. No pido más”

Ya lo sé, a veces soy un poco diferente a los demás. No imaginas cuántas veces me lo han dicho. Pero no puedo evitarlo. Por dentro llevo un fuego que me consume, que me impulsa a escribir y hablar de Jesús. Es como si una voz interior me urgiera diciendo: “Escribe”.

Viendo mis libros, una dulce monjita me pregunto ayer: “¿Por qué escribe?” Y le respondí: “Porque alguien tocó mi corazón”. 

Cualquiera podría decirme: “¿Acaso te crees un santo?” Recuerdo la respuesta que alguien dio a una pregunta similar: “Todos somos santos en camino”.

Ojalá fuera santo y ojalá lo fueras tú también. Porque la santidad no es otra cosa que amar mucho, profundamente a Dios y a los demás.

¿Qué más deseo? Quisiera tener un corazón de niño. Volver a la pureza de corazón. Disfruto mucho viendo a los niños. Me hacen comprender por qué Jesús nos dijo que de ellos es el Reino de los Cielos. Son tiernos. Puros.. Inocentes. En ellos no hay pecado.

Quisiera ser misericordioso, para recibir la Misericordia de Dios y pasar la eternidad a su lado. ¿Por qué? Porque lo quiero mucho. Ha sido siempre un Padre bueno conmigo y con todos los que he conocido.

Alguien podría decirme: ¿Para qué piensas estas cosas si te quedan muchos años de vida? Sé que probablemente así será. Pero la vida apenas es un suspiro. Y yo quiero que este suspiro sea todo, lo que me resta, haciendo algo bueno, que valga a pena, para Él y por Él.

Ahora, que el día empieza, me iré a misa, procuraré confesarme y comulgar. Le contaré todos mis sueños a Jesús. Le diré cuánto lo quiero y le daré las gracias por las maravillas que ha hecho por la humanidad entera.

Ya lo ven amigos míos, hoy es mi cumpleaños, por eso haré lo que más disfruto, estar con ustedes y estar con Jesús. 

El Buen Dios les guarde,

Con afecto,

Claudio