Hijos y trabajo

Autor: Clemente Ferrer Roselló

 

 

La existencia de hijos no explica por sí sola la dificultad de conciliación entre trabajo y familia. No es positivo para la sociedad el actual índice de 1,34 hijos por mujer. Puede deberse a la propaganda de ideas antinatalistas, de origen maltusiano, nocivas para la familia y la sociedad, y al escaso o nulo interés del Estado por la realidad familiar. Estamos a la cola de Europa en prestaciones familiares. Cuando nuestros gobernantes han pensado en la familia, ¿ ha sido para favorecerla, o para confundir su esencia?

Los países que en la Unión Europea tienen una alta fecundidad registran las mayores tasas de actividad laboral femenina. Un factor peculiar de España que incide en la baja natalidad es que el 37 por ciento de las trabajadoras tiene un contrato temporal, cuando la media comunitaria es del 15,5 por ciento.

Es frecuente que en una familia joven ambos cónyuges tengan un contrato temporal, lo cual influye en sus decisiones de natalidad. La mayoría de las españolas creen que el modelo ideal es aquel en el que ambos cónyuges tienen un trabajo de similar dedicación y se reparten el cuidado de los hijos. Pero menos de la mitad vive en una familia de esas características.

La actividad laboral femenina no impide traer hijos al mundo e incluso formar familias numerosas. En cualquier caso, lo que suele llenar más a la mujer no es la búsqueda del éxito profesional, sino el bien de sus hijos y transmitirles aquellos valores que dan el verdadero sentido a la existencia.