Eutanasia subliminal

Auto: Clemente Ferrer Roselló

 

 

Muchos longevos de los Países Bajos, donde está legitimada la eutanasia, recelosos de que se les administre una inyección letal, marchan a otros andurriales para vivir sus postreros días. En la localidad germana de Bolcholt, limítrofe con Holanda, llama la atención el continuo arribo de mayores oriundos de dicha nación. 

Eutanasia subliminal. Suicidio asistido por la vía de los hechos consumados. El Gobierno español examinará la posible reforma del Código Penal para legalizar la eutanasia. 

El hecho más zumbado ha sido el “caso Severo Ochoa”. Se han desvelado más de 400 ejecuciones eutanásicas en las urgencias del hospital. “Sin lugar a dudas, el Gobierno de Zapatero, ha intentado crear un clima de opinión favorable a la legalización de la eutanasia. Y para ello ha aprovechado el “Severo Ochoa””, afirmó Teodoro Grau, especialista en Medicina Interna y coordinador de Urgencias en el Hospital Severo Ochoa. 

También permanece una campaña organizada, a nivel internacional, por la “Asociación para la Defensa del Derecho a Morir con Dignidad”. Los casos aislados son pregonados a través de los medios de  comunicación que sirven de altavoz de esta maquiavélica campaña. Los últimos acontecimientos, con grandes titulares, nos lo demuestran; el escritor Hugo Claus solicitó que se le aplicara la eutanasia y al no recibir respuesta afirmativa, se suministró él mismo la inyección letal. Otro proceso fue el de la francesa Chantal Sébire que también le fue declinada la solicitud y a los pocos días, ella misma se proporcionó la muerte. 

La supresión de los recién paridos con malformaciones, de minusválidos inertes, de los impedidos, de los viejos no autosuficientes, y de los dolientes terminales. No se pueden silenciar estos suicidios inducidos.