Lazos azules, rosas blancas y banderas en manifestación por las víctimas del terrorismo.
Manifestación del 10-M en Madrid

Autor: Diego Quiñones Estévez

Blog del autor

 

 

El más noble tributo y honor que se le ha de dar a nuestras víctimas del terrorismo, es con una manifestación en su memoria de lazos azules por la paz y la libertad, junto al recuerdo de las rosas blancas en su culto, acompañados de la bandera nacional y de las banderas autonómicas.

Las rosas blancas manchadas por el terrorismo, están sujetas con amor, por los lazos azules de la libertad, rosas y lazos, símbolos del amor a la vida y a la libertad, que son asesinadas y amenazadas en las ciudades de nuestra España, por sus enemigos: el terror y los secuaces del poder ideológico y mediático-económico, que lo abastecen  con las armas del odio y de la venganza contra la sociedad española que quiere vivir en la paz de las libertades, no en la paz  impuesta por el terrorismo de la izquierda radial-nacionalista y la avidez  despótica de los que quieren permanecer en el poder de las instituciones políticas, a costa de la sangre de las víctimas inocentes del terrorismo.

Los lazos azules se empapan con el recuerdo imborrable de la sangre que tiñe los pétalos de las rosas blancas por las víctimas del terrorismo. En los lazos azules antiterroristas, flamean, unidos pacíficamente, los derechos a la vida, a la libertad, a la justicia y a la dignidad de las víctimas del terror, amenazados de muerte por el abrazo totalitario de la serpiente terrorista que envuelve tanto a la rosa roja socialista como a la media luna nihilista y a las armas sanguinarias del terrorismo insaciable.

Los españoles que aman y defienden los Derechos Humanos, cuelgan los lazos azules en las solapas, en los vestidos, en los vehículos, en los balcones, en las fachadas, en las ventanas, en las plazas, en las calles, en los edificios privados y públicos, en las banderas españolas y autonómicas de la España constitucional y democrática que desfila en una inmensa manifestación cívica por la libertad y la unidad de España como Nación, como Patria, como Estado de Derecho.

Pero de modo especial, los españoles se manifiestan, sin miedo, y cuelgan la solidaridad de los lazos azules en el corazón pacífico de sus almas y de las almas de las víctimas, que lloran desconsoladas el menosprecio que constantemente sufren por parte de los que deberían defenderlos y dignificarlos, pero renuncian a ello porque manipulan el poder democrático para rendirse ante los terroristas de la izquierda radical nacionalista, cuyas armas nunca destruirán al Estado de Derecho, a la justicia para con las víctimas, a nuestra democracia constitucional, a los Derechos Humanos, a la verdad de sus crímenes y testaferros,  y sobre todo, jamás destruirán la libertad de todos aquellos que no quieren perderla por la cobardía y la claudicación ante el totalitarismo terrorista.