Miramamolín y miramamolines de Marruecos y aliados

Autor: Diego Quiñones Estévez

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Ya desde las antiguas crónicas medievales de la Reconquista de España, se tienen noticias de que los reyes de las Españas, en lucha contra el invasor islam que entró cortando cabezas por el Estrecho de Gibraltar en el año 711, no se fiaban de las huestes allende Marruecos, porque cuando hicieron con ellas alianzas políticas coyunturales, recibieron traición y muerte.

La crónica del famoso cavallero Cid Ruy Díez Campeador,[1] una crónica muy tardía de 1562, tenía aún muy presente en la conciencia colectiva de los españoles, lo que ahora ya no tienen, por culpa del analfabetismo funcional socialista y nacionalista: el trauma de lo que supuso la invasión del islam y la liberación del mismo que significó la Reconquista de España.

La citada crónica, nos dice: 

Capítulo CXX: De Cómo el rey don Alonso imbió al miramamolín de Marruecos por los alárabes e del dañó que recibió d´ellos donde pensava recevir provecho, e de cómo los moros de España se le alçaron al rey Alonso e mataron a su suegro el rey de Sevilla como la crónica lo cuenta.

El Rey Alfonso VI de Castilla y de León (1040-1109), puso su confianza en el miramamolín de Marruecos, califa o príncipe de los sarracenos y almohades, pero recibió su escarmiento del cual aprendió para no hacer más alianzas de guerra o de paz con el invasor islam. El rey más europeizante, comprendió su inutilidad porque los moros mataron a su hijo y heredero al trono, don Sancho Alfónsez (1098-1108) en la batalla de Uclés, así como a otros nobles y hombres ricos que entregaron sus vidas para liberar a España de la esclavitud del islam que nunca se integró con la cultura y las tierras invadidas de España:

Capítulo CXliii. De cómo el rey don Alonso fazía mucho duelo por la muerte del infante don Sancho e de los logares que entonce tomaron los moros.

Capítulo CXlV. De cómo el rey don Alonso sacó gran hueste contra los moros e cercó e venció al miramamolín en Córdova donde huvieron batalla e venció el rey don Alonso e prendió al moro que mató al rey de Sevilla su suegro e los de Córdova hiziéronse sus vasallos.

Mira por donde, en la España constitucional y democrática, en proceso de claudicación ante el terrorismo nacionalista e islámico, el miramamolín de Marruecos reaparece por el Magreb en los lomos de las huestes terroristas de Al Qaeda.

Los moros invasores de España cuando se veían en peligro de ser derrotados, no dudaban en pedir ayuda militar al miramamolín de Marruecos. El Cid Campeador, logró interceptar el refuerzo de las huestes musulmanas en España, cuando batallaba por las tierras de Levante, por Valencia:

Capítulo ClXX: De cómo el Cid tomó el haver que imbiavan los de Valencia para el miramamolín, e tomó el castillo de Juballa, e quemó todas las aldeas de en derredor de Valencia e las barcas, e cercó a Valencia e derribó las torres e casas de en derredor, e hizo coger el pan.

Durante años y años, el mamoneo de las ayudas-privilegios de no se saben cuántos miles de millones de euros a los miramamolines de Marruecos y aliados, ha llenado sus cuentas bancarias de Europa  y Norte América. Dinero sacado del trabajo de nuestros impuestos que han malgastado los burócratas del multiculturalismo economicista del petrodólar y del petroeuro que tanto pululan por la Unión Europea y por nuestros gobiernos, de modo especial por los gobiernos socialistas, mientras los habitantes de los pueblos del Norte de África siguen viviendo en la miseria y la incultura, y los que pueden, escapan hacia las costas de España en cayuco o en patera.

Tanto mamoneo con el miramamolín de Marruecos y aliados, nos ha traído lo que ya sabemos por las páginas de la Historia de España y de Europa: traiciones y desprecio.

Al miramamolín de Marruecos, únicamente le interesa el dinero contante y sonante, con el que patrocina sus ansias imperialistas que aspiran a recuperar y volver a invadir al mítico al-Ándalus; que aspira anexionarse el Sahara, excolonia española a la que debemos propiciarle el derecho a la libertad; que no duda en invadirnos con el islam de forma silenciosa e inhumana, por medio del tráfico de seres humanos en cayucos y pateras; que nos amenaza con el terrorismo islámico, donde no es raro que se integren miramamolines marroquíes terroristas, ansiosos por destruir la paz de nuestras sociedades democráticas.
La Historia de España, como la de Europa, nos informa de lo que nos aguarda si continuamos con el entreguismo cobarde al miramamolín de Marruecos y aliados, que son los miramamolines políticos, empresariales y multiculturales que los apoyan contra las libertades de la Civilización de Occidente, madre de los Derechos Humanos, que desprecian y no practican los miramamolines del islamismo radical e integrista.

Último apunte histórico: la victoria de los reinos cristianos de España y de buena parte de Europa en la batalla de las Navas de Tolosa (1212), dirigidos por el rey Alfonso VIII de Castilla(1155-1214), fue el fin de los miramamolines almohades, el comienzo del fin del poder invasor del islam en España.


[1] Viña Liste, José María, Mío Cid Campeador: Cantar de mío Cid; Mocedades de Rodrigo; Crónica del famoso cavallero Cid Ruy Díez Campeador, Ediciones de la Fundación José Antonio Castro, Madrid, 2006, págs, 238-242.