La Historia no es la memoria histórica

Autor: Diego Quiñones Estévez

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La Historia, se fundamenta en la Historiografía, en los estudios de los historiógrafos que la escriben y describen, la registran desde la veracidad de sus fuentes. La Historia, merced a la Historiografía, tiene como principal función la investigación rigurosamente registrada y contrastada de las palabras y de los hechos más notables y dignos de devenir humano por la vida.

Sin la Historiografía, la Historia no sería la visión perpetua de los acontecimientos de nuestra existencia que de otra manera se hubieran extinguidos si se dejasen al albur de las interpretaciones subjetivas e ideológicas de la memoria histórica, que es de corto vivir.

Los historiadores, los historiógrafos, cuando publican y comunican sus investigaciones realizadas con el rigor de la ciencia historiográfica, contribuyen a que los acontecimientos históricos de relieve, sean un modelo, una escuela de aprendizaje para que las generaciones tanto del presente como las del futuro, aprendan de los errores y de los aciertos virtuosos de sus antepasados y contemporáneos.

Los seres humanos se perpetúan en la Historia realizada con el rigor científico de la Historiografía, pues, los acontecimientos y hechos más sobresalientes de nuestra vida, no se olvidan cuando se observan y analizan sin los subjetivismos y los relativismos de la memoria ideologizada, como es la memoria histórica. Ejemplos de ello, sería, la Historia del Franquismo que se basa en  la memoria histórica de la Dictadura del nacionalcatolicismo; o la Historia del socialismo o de los nacionalismos radicales que se basan en la memoria histórica de sus ideologías marxista y ultranacionalista para falsificar, como el hizo la Dictadura franquista, la Historia de España y la Historia Universal. La memoria histórica, sería, pues, la memoria histórica de las mentiras de una ideología que trata de justificarse, falseando la verdad histórica.

Cuando la Historia se articula desde el buen juicio de la Historiografía, se evitan las negligencias y falsificaciones históricas intencionadas, se evita que se distorsionen o bien se borren para siempre acontecimientos, fuentes documentales, hechos y personajes históricos dignos de ser conservados y recordados.

Hacer la Historia con los caprichos de la memoria histórica y no con el rigor científico de la Historiografía, es traicionar nuestro devenir sincrónico y diacrónico, porque la memoria no es una sino que hay tantas memorias como personas, ideologías o partidos políticos.

¡Cuántas memorias históricas hacen que se cuente la vida como les dicta la ideología del momento, distorsionando el pasado y el presente de nuestra Historia!

La Historiografía registra, expone, analiza y reflexiona la Historia, no por oídas o deseos de la memoria histórica, sino basándose en fuentes documentales, datos, hechos, testimonios y realidades acontecidos y contrastados.  De este modo, la Historia se hace verdad, se convierte en la noticia imperecedera de nuestros acontecimientos humanos.