Las trapisondas del absolutismo socialista.

Autor: Diego Quiñones Estévez

 

 

La autoridad absolutista, es el polo opuesto de la autoridad responsable que se fundamenta en la Justicia del Estado de Derecho que procede de la democracia constitucional en libertad.  

La autoridad absolutista, el poder total del absolutismo se erige en el dueño plenipotenciario de los poderes de una nación, y más pronto que tarde, el absolutismo se alía con el despotismo. Nuestra Historia, tiene una extraña manía de dar a luz gobernantes absolutista y déspotas que surgen después de etapas de paz y progreso, y nos conducen otra vez a la crisis política, social, económica y espiritual. 

Todos los absolutistas y déspotas, emplean las trampas del poder, se dedican a utilizar las trapisondas, las mentiras elaboradas desde los laboratorios políticos del estado totalitario para perseguir y aniquilar a los enemigos que estorban a sus proyectos de controlar por completo a la sociedad civil. 

Las trapisondas del absolutismo se han apoderado de la España constitucional, de la Constitución Española de 1978. Una nación con verdadera conciencia y responsabilidad histórica, nunca acepta el absolutismo y mucho menos el despotismo porque ambos destruyen la libertad de las naciones. Como por España, desde que se aprobó la Constitución Española en 1978, no ha habido una madurez y perfeccionamiento del Estado de Derecho, sino más bien una falsificación y destrucción del mismo por parte de las trapisondas del absolutismo socialista, sus trapisondas han desquiciado a la sociedad civil que se ha sometido a los intereses de la comunidad política.

Las trapisondas del absolutismo socialista, se originan desde que el socialismo sube el poder en 1982 y se propone cambiar por la fuerza de la mentira mediático-política, a la sociedad española que se sustenta en valores universales de una comunidad histórica de raíces cristiana católicas. 

Desde 1982 a 1995, las trapisondas del absolutismo socialista, llevaron a la sociedad española a una crisis moral, política y económica desde la cual levantar un sistema político de apariencias democráticas, de apariencias aperturista y plural, que desmentían las prácticas de las trapisondas del felipismo populista, enemigo de la independencia de los poderes del Estado de Derecho (el legislativo, el ejecutivo y el judicial).  

El  crimen legal del aborto impuesto por la fuerza de la partitocracia socialista, fue y es un engaño que a principios del siglo XXI, alcanza ya la cifra espeluznante de cien mil asesinatos anuales y un millón largo de asesinatos consentidos por la sociedad española desde que se legalizó. La trapisonda del poder socialista, fue imponerlo y no someterlo a un referendo democrático como se ha hecho en las democracias consolidadas. La conciencia de no matar a un ser humano desde que es feto hasta que es anciano o enfermo terminal, los españoles de la Transición no lo hubieran permitido. No se sometió a referéndum, por una razón sociológica: el Cristianismo católico aún tenía la suficiente fuerza moral para impedirlo.  

Impuesto por la fuerza del poder el aborto, y tras varios decenios de prácticas abortivas ilegales que no se han detenido porque nunca se ha aplicado la ley ni la Constitución Española, la práctica inhumana y el negocio inmundo del aborto libre, han sido aceptados de forma cobarde y aquiescente por la sociedad española y promocionado por los partidos políticos contrarios a la ideología socialista o afines, como el liberalismo conservador o los ultranacionalismos.  

El crimen legal del aborto y la degradación del fundamento de toda sociedad civil, como es la familia, nos han llevado a la decadencia demográfica, y a la paradoja de buscar niños fuera de España para adoptarlos, cuando se asesinan miles de ellos sin reparos, cuando la familia ha sufrido ataques a su integridad como institución milenaria, con leyes como la del divorcio exprés, junto a una falta de ayudas a las familias y a la natalidad. España envejece, ya no sólo en cuanto a un aumento de las personas ancianas sino también en cuanto a valores morales y éticos, en ideas culturales y de pensamiento socio-político. La familia sólo es una, la formada por el hombre y la mujer, basada en el matrimonio religioso o civil, y no en las trapisondas pseudofamilias según las confusas y ambiguas orientaciones hipersexuales de la neomarxista ideología de género. 

Desestructurada la familia, e indignamente asimilado el crimen legal del aborto libre por la mayoría de la sociedad española, las trapisondas del absolutismo socialista, han ido invadiendo la convivencia porque la conciencia moral sobre el derecho a la vida desde que se es embrión, feto, enfermo terminal o anciano, ya apenas tiene repercusión sociológica. Las trapisondas que surgieron desde el poder despótico, fueron el terrorismo de estado de los Grupos Antiterroristas de Liberación o GAL y la corrupción política y socioeconómica de los tiempos del felipismo absolutista. 

Otras trapisondas se han ido sumando al desmantelamiento histórico y antropológico de España: a partir de la bonanza del estado del bienestar de 1996 a 2004( alcanzada por el enemigo histórico del socialismo, el liberalismo conservador), el absolutismo y el despotismo socialista, con las armas-trapisondas del laicismo y los nacionalismos radicales, han introducido la mentalidad del estado eugenésico y totalitario con una ley de investigación biomédica que atenta contra el embrión humano, con la propaganda y el apoyo a la eutanasia activa y pasiva, con el apoyo del terrorismo nacionalista y la explotación mediático-política del atentado terrorista del 11-M. El terrorismo de ETA, perseguido por los GAL del felipismo, ha sido ahora admitido por el absolutismo socialista como instrumento de un ficticio proceso de paz, para mantenerse en el poder gracias a las trapisondas del absolutismo nacionalsocialista.  

Por la antiespaña del laicismo radical socialista y nacionalista reactivado a partir de 2004, las antiguas trapisondas vuelven a menudear con otras, y  siguen aumentando la contaminación de la naturaleza de nuestra Estado democrático y constitucional como vientos envenenados de dióxido de carbono o CO2.  

1ª La trapisonda de la enseñanza pública: el absolutismo pedagógico socialista, controla la educación pública y hasta incluso la privada, con la trapisonda de que el estado es el responsable exclusivo de la enseñanza. Tras esta trapisonda se esconde la idea elitista de que sólo los altos estudios y puestos de responsabilidad, les corresponde a una minoría privilegiada: la de los grandes burócratas y funcionarios, la de los políticos y grandes empresarios que llevan a sus hijos a la enseñanza privada porque la calidad de la enseñanza pública ellos ya se han encargado de que sea nula, por más que el estado intervencionista invierta cada vez más dinero en ella sin evitar el fracaso escolar y la violencia dentro y fuera de las aulas.  

A la masa amorfa del pueblo, la masa amorfa de la sociedad civil,  se le obliga a que alcance unos conocimientos y habilidades técnicas mínimas, unas competencias básicas para saber hacer y tener capacidades para satisfacer sus necesidades, pero que les impide saber pensar y ser persona. La educación del estado paternalista e intervencionista, modela a los ciudadanos de la clase media con el fin de que sean útiles para los trabajos mecánicos, administrativos o de servicios del estado de bienestar socialista y ultranacionalista. Para alcanzar sus propósitos, no dudan en inventarse una asignatura obligatoria que invade las conciencias de los niños, adolescentes y jóvenes: La educación para la ciudadanía y los derechos humanos. Éste es el instrumento teórico y práctico de control ideológico del absolutismo pedagógico socialista y ultranacionalista que se ha venido programando durante casi treinta años de falsificación y demolición del derecho a la libertad de enseñanza consagrado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) y en la Constitución Española (1978). 

Con La educación para la ciudadanía, y el dominio casi completo de los medios de comunicación y de transmisión socio-culturales, se introducen los contravalores ideológicos del poder absolutista, los contravalores totalitarios que distorsionan los principios constitucionales y los derechos humanos que se sustentan en la ley natural, ley natural que es una ley superior a cualquier estado, ideología o partitocracia, ley natural de donde nace la libertad  de  la Civilización Occidental. La ley natural impide a cualquier gobierno, estado, partido, ideología o creencia absolutistas, controlar todos los aspectos de la vida del hombre, como el derecho a la libertad de enseñanza. 

2ª La trapisonda del estado laico: cuando si fuera de verdad laico, es decir, respetuoso con el hecho religioso, no sería lo que en la práctica demuestra ser: laicista, antirreligioso y de modo obsesivo anticristiano-católico, de un odio antieclesial que falsifica la realidad de la Constitución Española, que no postula el estado laico sino el estado aconfesional.

La trapisonda del estado laico, es divulgada por políticas programadas con el laicismo radical de la masonería y la dictadura del relativismo permisivo con el fin de eliminar la religión de la vida pública. Con la trapisonda del estado laico, se han acometido campaña mediático-políticas que han empleado las viejas artimañas del anticlericalismo de los siglos XVIII, XIX y XX: la blasfemia institucionalizada, la blasfemia pornográfica y la persecución política, mediática y teledirigida contra el Cristianismo, contra la institución milenaria de la Iglesia Católica. 

3ª La trapisonda de la alianza de civilizaciones, que no es otra cosa que la alianza con los enemigos de las libertades conquistadas por la Civilización de Occidente: las dictaduras populistas e indigenistas de Hispanoamérica y el islamismo radical del terrorismo islámico que sostiene los regímenes teocráticos del fundamentalismo islámico. 

En la trapisonda de la alianza de civilizaciones proclamada como la panacea utópica del absolutismo socialista, se oculta la incapacidad para gobernar con justicia y equidad, con responsabilidad y sentido común.  La alianza de civilizaciones, promueve el imperio global de los radicalismos trapisondistas, como así lo ha demostrado la errática, demagógica y entreguista política exterior del absolutismo socialista.  

Los resultados negativos de la alianza de civilizaciones en política exterior, no se han hecho de esperar: por despreciar y no apoyar y defender la democracia, los derechos humanos y la libertad en Hispanoamérica o en las teocracias islámicas fundamentalistas de Asia como Irán, Oriente Medio y África, las pseudo-democracias de Perú y Argentina, o las socialistas y corruptas dictaduras populistas de Hispanoamérica como Venezuela, Nicaragua, Bolivia o Cuba, y las dictaduras teocráticas islámicas del Norte de África como Marruecos, al final acaban atacando a los intereses nacionales y comerciales de España en el exterior, o a la integridad de España como Nación, al exigir el islamismo radical la entrega de ciudades españolas como Ceuta y Melilla, por el simple hecho geográfico de que se encuentran en el Norte de África. El Norte de África, antes de que el islam apareciera para invadirlo y someterlo a partir del siglo VII d.C., era tierra del Cristianismo. 

4ª La trapisonda de los derechos sociales, tras de la cual se esconde la falsificación de los derechos humanos y constitucionales. Esta trapisonda de los derechos sociales, el absolutismo socialista, la ha ejecutado por la fuerza, con la distorsión de las leyes constitucionales, que han sido reemplazadas por una maraña de legislaciones ideologizadas. Estas legislaciones absolutistas, imponen la sustitución de la antropología natural de la sociedad civil, por el constructo artificial de la ideología de género: la mujer no es mujer, como el varón tampoco es varón, ambos ya no son ni padre ni madre, son construcciones y deconstrucciones asexuales y amorales al gusto del consumidor, según el capricho de las orientaciones hipersexuales de la neomarxista ideología de género. 

A pesar de que por naturaleza y genética, nacemos hombre y mujer, nacemos o bien con el sexo femenino o bien con el sexo masculino, el absolutismo socialista, da rienda suelta a los instintos irracionales y animaloides para la práctica de cuantas variantes sexuales se invente el pansexualismo en los supermercados del sexo por el sexo: la heterosexualidad sin compromiso, la homosexualidad, la bisexualidad, el lesbianismo, la transexualidad, la poligamia, la monogamia…

Ni que decir tiene, que con esta trapisonda de pansexualismo de la ideología de género, el absolutismo socialista destruye la sexualidad responsable como amor de entrega y compromiso, destruye a la familia, al matrimonio hombre y mujer, que procrean y educan a sus hijos en la libertad de ser hombres y mujeres. Por la experiencia de la Historia del hombre, ninguna ideología, ningún absolutismo, ha de programar cómo ha de ser la libertad sexual de las personas que viven en una sociedad civil y democrática de libertades.  

5ª La trapisonda de la libertad de expresión y de opinión, tras de la cual se descubre el monopolio de los medios de comunicación al dictamen de la información controlada y subvencionada por el poder absolutista. En cuanto el poder absolutista ve que puede perder el control de las instituciones sociales y de todos los medios de comunicación, se inventa trapisondas mediáticas, acusando a los que dicen la verdad de lo que acontece en la vida pública, de enemigos de la libertad de expresión, de mentirosos y enemigos de la verdad. Quienes ejercen la libertad de expresión y pensamiento, denunciando los atentados contra la verdad, son perseguidos y calumniados como mentirosos, como falsificadores de la realidad.

Con el deseo despótico de controlar las informaciones, se quiere esconder los gravísimos problemas que sacuden a España:

-Una sanidad desequilibrada e insolidaria porque está dividida en sanidades autonómicas que han demostrado una gestión nefasta, como se comprueba en la masificación de las urgencias de los hospitales y en la carencia de un trato más humano y de calidad a los pacientes en los servicios sanitarios.  

-Una economía de mercado libre con claros síntomas de recesión económica por el intervencionismo estatalista que incentiva los subsidios y las subvenciones y que promueve un aumento desorbitado de los impuestos directos e indirectos, una inflación galopante, el encarecimiento de los productos de primera necesidad y una subida de las hipotecas. Las familias españolas y las empresas se endeudan cada vez más, y el paro comienza a presentar cifras similares a las de 1996, cuando el socialismo fue desalojado del poder por su ineficacia en las políticas económicas y sociales. 

-Una inmigración descontrolada y objeto de intereses políticos que ha conducido a la muerte a miles de personas cuando viajan en pateras o cayucos, y a otros tantos de miles de personas a vivir en situación irregular que malviven de la economía sumergida, en situaciones laborales de esclavitud laboral o de miseria y discriminación. 

-Un nacionalismo secesionista e independentista, aliado con el terrorismo de ETA, y con el absolutismo socialista, que ataca a los medios de comunicación libres y plurales a la vez que distorsiona por sus medios de comunicación nacionalistas, la realidad del horror terrorista: el dolor y el sufrimiento de las víctimas, la sangre inocente derramada sin que la Justicia actúe contra los terroristas aplicando con rigor el Estado de Derecho. 

 6ª La trapisonda de la memoria histórica, que se inventa una ley, la Ley de la Memoria Histórica, para distorsionar y borrar la Historia que fundamenta la verdad de los hechos en la Historiografía, en los documentos y testimonios fidedignos. La trapisonda ley de la Memoria Histórica, aniquila la Historia de España porque la sustituye por la memoria de la ideología del absolutismo socialista y sus compinches farsantes del odio y el rencor retroactivo- reaccionario: los ultranacionalismos antiespañoles, anticonstitucionales y antidemocráticos, que han socavado la soberanía del pueblo español heredada de la multisecular unidad histórica, política, territorial, cultural, jurídica, económica, social y espiritual de España como Patria, Nación y Estado. 

7ª La trapisonda del cambio climático local y global, tras de la cual se esconde el proyecto ideológico del utópico paraíso socialista en la Tierra: la mentira de un mundo naturalista que el comunismo y el socialismo inventaron para cometer las mayores catástrofes medioambientales que haya sufrido la Madre Tierra: la demoledora tecnología y producción industrial del sistema colectivista, llevaron a la ruina económica y ecológica a las repúblicas soviéticas o maoístas con todo tipo desastres medioambientales que provocaron la desertización, la deforestación y la contaminación de bosques y ciudades, y no digamos la incalculable producción de residuos contaminadores de las aguas, de la tierra, del subsuelo y de la atmósfera, siendo el más grave de ellos, el de la radiación nuclear de Chernóbil (Ucrania) en 1986, una de las repúblicas socialistas de la disuelta URSS(1945-1991). 

El historial geológico, biológico y climático de Pangea o Madre Tierra, ha tenido y tendrá procesos de cambios climáticos propio de su naturaleza. Por tanto, no debemos identificarlos con los cambios climáticos artificiales producidos por la mano del hombre, los cuales se han de resolver con la ciencia y la tecnología apropiadas y unas políticas de desarrollo y progreso que no sigan el modelo del consumismo y el despilfarro de la sociedad del bienestar en las naciones desarrolladas, mientras que las naciones pobres no progresan ni participan del reparto equitativo de la riqueza que produce el mercado global.  

En el país de la Unión Europea, España, que se halla a la cabeza en cuanto a la emisión de gases contaminantes, el cambio climático es otra trapisonda antiglobalización más de tantas que emplea el absolutismo socialista para controlar a las masas con el catastrofismo socio-ecológico, y de esta manera enmascarar su fracaso en la Historia del progreso y del pensamiento.

Por España, el cambio climático es una mentira calcada de otra: la del cambio político y social que propagó el socialismo populista del felipismo, durante y después de la Transición Democrática llevada a cabo por los tecnócratas del franquismo, padres de la Constitución Española de 1978. El cambio sociopolítico también se programó con una campaña mediático informativa donde sobreabundaban los carteles y los anuncios naifs que pintaban un mundo feliz eco-sociata, que luego la realidad histórica ha demostrado que ha sido lo contrario: terrorismo de estado; corrupción ecológica, social, moral y económica; desertización de España por los incendios forestales y el empobrecimiento del suelo; sequía o inundaciones catastróficas; inmigración inhumana que ha traído inseguridad ciudadana y marginación social; empobrecimiento de las tierras de cultivos; creación de parques nacionales que se inundan de visitantes eco-colegas, los cuales incordian a la fauna, esquilman la flora y dejan contaminados aguas y bosques; desaparición de especies terrestres y marítimas, e invasión de especies foráneas; destrucción de ecosistemas históricos tan vitales para el equilibrio social y moral de la sociedad civil, como es el de la familia fundamentada en el matrimonio hombre y mujer; y para terminar, lo que resulta la degradación humana y ecológica más terrible: la aniquilación de la vida del ser humano cuando es embrión, feto, enfermo terminal o anciano por medio de la clonación de seres humanos, del aborto o de la eutanasia activa o pasiva. 

8ª La trapisonda de aprobar estatutos de autonomía progresistas, que en realidad son estatutos inconstitucionales como el Estatuto de Autonomía de Cataluña y el Estatuto de Autonomía de Andalucía, que rompen la unidad de España y la soberanía del pueblo español, al proclamar como nación a Cataluña y como realidad nacional, federalista y etnocéntrica, a Andalucía.

Para colmo de esta trapisonda estatutaria anticonstitucional, se permite que ambas regiones reciban más de un tercio de los Presupuestos el Estado, presupuestos insolidarios, presupuestos de inversiones-privilegios que son el precio que ha pagado el absolutismo y el despotismo socialista a sus aliados nacionalistas y al socialismo caciquil andaluz para permanecer a perpetuidad en el poder.

Al absolutismo socialista, le interesa el descuartizamiento de la unidad histórica y territorial de España basada en comunidades autónomas, porque aspira a convertirla en una nación de naciones, en una confederación de estados utópicos que han demostrado en Europa, ser un fracaso de consecuencias trágicas.

Los principios de solidaridad y la igualdad entre todas las regiones de España, que se prescriben en la Constitución Española, se han roto porque el reparto de las inversiones ha sido una trapisonda despótica de la desigualdad nepotista que impide un equilibrio socio-económico entre todas las regiones españolas, y provoca tensiones entre ellas. 

9ª La trapisonda de la política antiterrorista, la trapisonda más abyecta porque no se ha hecho justicia con las víctimas y ha sido complaciente con los asesinos terroristas y sus protectores políticos: los ultranacionalismos. La trapisonda antiterrorista se ha escudado en la irracional política del proceso de paz a favor del terrorismo y contra la dignidad de las víctimas, olvidadas por sobreponer los intereses del poder político al bien común de reparar el dolor y el sufrimiento de las personas, que han sido víctimas del odio criminal de un terrorismo nacionalista e izquierdista que lleva cuarenta años practicando el crimen a traición y humillante. 

La negociación política con el terrorismo, nos ha abocado a otras trapisondas inmorales cuando el terrorismo de ETA buscaba presionar al límite para conseguir sus objetivos secesionistas: el atentado terrorista de 2006 en la Terminal-4 del Aeropuerto de Barajas (Madrid), con los asesinatos de dos personas jóvenes, fue calificado como de un accidente, y a los terroristas, a uno de los terroristas que estuvo a punto de asesinar a uno de los padres de la Constitución Española de 1978, hombre de paz.

Otra atentado mortal de ETA, el 2-12-2007 en el Sur de Francia, contra dos guardias civiles, también jóvenes pero desarmados por una disposición político-legal fuera de toda lógica, han confirmado, que al terrorismo de ETA y sus aliados político-nacionalistas, sólo se les derrota con la unidad de todos los españoles, y no haciendo del terrorismo un instrumento más del poder que se escuda en las mentiras del diálogo y la negociación política para no afrontar la verdadera cara inhumana del terror totalitario izquierdista.  

Los atentados del 11-M de 2004 en Madrid, que es la mayor masacre terrorista cometida en España y Europa, han terminado con una sentencia judicial que deja a las víctimas y todos los españoles, sin conocer los inductores ideológicos que prepararon y financiaron, antes de las elecciones del 14 de Marzo de 2004, a los terroristas que asesinaron a 192 personas y dejaron 1500 heridos y mutilados. Traumatizada España por tan perverso atentado terrorista, volvió al poder el socialismo, eso sí, tras una campaña mediático-política de manipulación y agitación estalinista del 11-M contra los liberales conservadores que gobernaban desde 1996, y a los que engañaron antes y después de firmar el Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo o Pacto Antiterrorista (2000). Mientras lo firmaban, estaban negociando con ETA, y al llegar al poder lo incumplieron, lo mismo que La Ley Orgánica de Partidos (2002). 

La sentencia judicial, ha sido aprovechada por el absolutismo socialista y sus aliados del nacionalismo radical, para continuar echando la culpa de los atentados a sus enemigos políticos por haber participado en el apoyo logístico y humano-sanitario de la Guerra de Irak de 2003, y de paso exculpar de la participación en el 11-M, al terrorismo de ETA, a la que ahora persigue policial y judicialmente porque las elecciones están a la vuelta de la esquina, y si no logran volver al poder, la trapisonda de la negociación con ETA o la trapisonda del terrorismo internacional, que no es sino el terrorismo islámico, pueden ser descubiertas en todos sus términos que a los españoles se nos ha ocultado.

Conclusión.

Estas trapisondas, constituyen el ADN del absolutismo socialista y sus congéneres en trapisondas anticonstitucionales y antiespañolas: los ultranacionalismos de diverso pelaje y maquillaje de la mentira política como método de aniquilación de cuanto les impide realizar sus proyectos totalitarios. El núcleo, la sustancia de todas las trapisondas es el absolutismo y el despotismo, que los españoles, siglos atrás y ahora en el siglo XXI, lo han soportado y muchos han subido al poder. Como siempre, a ellos les corresponde la responsabilidad de seguir o no por un túnel sin salida, que en la Historia de España nos ha llevado al desastre.