La misa dominical: Centro de la vida cristiana
(Mensaje de Benedicto XVI en Brasil, Mayo 13’07)

Autor: Padre Eduardo Barrios, S.J.

 

 

         Hemos de motivar a los cristianos a que participen en la Misa activamente. La asistencia a Misa de los padres con sus hijos es una pedagogía eficaz para comunicar la fe y un estrecho vínculo de unidad entre ellos. El domingo ha significado, a lo largo de la vida de la Iglesia, el momento del encuentro de las comunidades con el Señor resucitado.

          Es necesario que los cristianos experimenten que no siguen a un personaje de la historia pasada, sino a Cristo vivo, presente en el hoy y el ahora de sus vidas. Él es el Viviente que camina a nuestro lado, descubriéndonos el sentido de los acontecimientos y alimentándonos con el Pan que da la vida.

          El encuentro con Cristo en la Eucaristía dominical suscita el compromiso de la evangelización y el impulso a la solidaridad; despierta en el cristiano el fuerte deseo de anunciar el Evangelio y testimoniarlo en la sociedad para que sea más justa y humana.

          De la Eucaristía ha brotado a lo largo de los siglos un inmenso caudal de caridad. ¡Sólo de la Eucaristía brotará la civilización del amor, que transformará Latinoamérica y el Caribe para que, además de ser el Continente de la Esperanza, sea también el Continente del Amor!

El autor es un sacerdote jesuita.

Ebarriossj@aol.com