Preguntas y respuestas

¿Adán y Eva eran víctimas de los dioses?

Autor: Padre Ernesto Fernández-Travieso, S.J.

 

 

Como hemos visto, el recuento de la Creación escrito por los sabios judíos con historias prestadas de los babilonios es completamente insólito para el pensamiento de la antigüedad. Usando historias y leyendas muy conocidas por los babilonios, los judíos elaboraron una interpretación completamente nueva y revolucionaria en el Génesis, primer libro de la Biblia.

 

Los antiguos creían que todo lo inexplicable en el firmamento eran dioses. El sol, la luna, los planetas y las estrellas eran dioses con nombres propios. Por ejemplo, los babilonios (sumerios) creían en 600 dioses buenos siempre en guerra contra 600 dioses malos. En medio estaba Mardouk como dios supremo, pero débil e incapaz de poner armonía entre aquellos. Como consecuencia, los seres humanos eran víctimas de los dioses con poca esperanza en la vida. Gilgamesh, protagonista del antiguo poema (ca. Siglo XIX A.C.), termina desconsolado diciendo que sólo los dioses gozan de la vida, el destino de los seres humanos es sólo sufrir y morir.

 

Sin embargo, los sabios judíos sorprendentemente, empiezan el primer capítulo del Génesis declarando que su Dios, el único Dios omnipotente y todopoderoso, creó el sol, la luna, las estrellas y todo el firmamento. Todas eran “cosas” creadas de la nada por Dios.

 

Por otro lado, las antiguas civilizaciones entendían la creación y la naturaleza como enemigas de los seres humanos, que eran víctimas de los desastres climáticos y terremotos. Frente a eso, los sabios judíos declaran, insólitamente, al final de cada día en el recuento de la Creación, que Dios se dio mucho gusto viendo que “todo era bueno”. ¡La creación era positiva!

 

Y en esa su obra de la Creación, Dios crea al hombre, varón y hembra los creó iguales, para completar su misión creadora. Ya los seres humanos en esta nueva dimensión explicada por los sabios judíos, no eran más víctimas sino con una dignidad y responsabilidad de co-creadores, colaboradores con el mismo Dios.

 

¡Crezcan y multiplíquense, fue el mandato de Dios! Les encomienda el trabajo de hacer que la Creación funcione, con los animales y la agricultura. Dios les da la semilla. El trabajo no lo hizo como castigo, sino como labor que dignifica y enorgullece. ¡Adán y Eva aparecen como reyes de esa Creación!

Por las tardes Dios se paseaba como amigo por el Jardín del Edén.

 

¡Qué distinta la creación y la situación de la humanidad en la visión del pueblo judío! Esta visión positiva de la vida tendría una importancia clave en la proyección futura del mundo occidental.

 

La visión positiva de la creación, en contraste con el pensamiento fatalista de las civilizaciones antiguas nos hace concluir que hubo necesariamente una revelación especial de ese Dios descubierto en la historia del pueblo judío. El ser humano, por sí mismo, no hubiera sido capaz de llegar a semejante entendimiento.

 

Continuemos en el Génesis la explicación de cómo y por qué Adán y Eva, representando a la humanidad, se rebelan contra su propio destino. 

 

NOTA: Esta interpretación de la Biblia está basada en los estudios de Antropología Bíblica del P. Gilles Cusson, S.J., aceptados y reconocidos por el Instituto Bíblico de la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma y el Instituto Bíblico de Jerusalén.