El androginismo y la ausencia de nupcialidad 

Autora: Esther Sousa

 

 

El Andrógino descrito en la mitología griega (1) era un ser parecido al humano, pero doble, compuesto por dos mitades como personas del mismo sexo. Estos seres existían, entre hombres y mujeres, y eran de extraordinaria fuerza y vigor. Se enorgullecieron provocando la ira de Zeus, y éste los partió a la mitad, causando que las mitades buscaran encontrarse, según el mito.

 

El androginismo es reciprocidad “simétrica” (2); el mito expresa algo muy particular sobre la homosexualidad, como necesidad de afirmación del ser.

 

La cultura hedonista y utilitarista, sin padres, no brinda acogida al ser. El ser humano se queda sin ser afirmado. Por eso, la persona busca otra imágen, para construirse a sí mismo, en otro igual. El anhelo del abrazo materno y paterno, es la necesidad de acogida y de diálogo que afirman a la persona, como creada y desde su origen. La acogida al ser no sólo comunica el Abrazo mismo del Padre Celestial, para iniciar los dones de la esperanza, la fe y la caridad, sino que provee una sólida base emocional, psíquica y física que prepara para la vida, para el diálogo y para acoger a otros. (3)

 

Aunque algunas personas son más susceptibles a la orientación homosexual por factores físicos o emocionales (4); el homosexualismo como modo de vida, es una decisión que toma la persona. Además de intrínsecamente perverso, los estudios recientes muestran que el homosexualismo es promiscuo por naturaleza, y fuente de otros males como el sida. (5)

 

Su terapia redentiva tiene que ver con la acogida paternal y maternal a la persona; también con el perdón a sí mismo y a los demás. La rehabilitación depende en gran parte del esfuerzo personal por deshacerse del vicio; juegan un papel importante el deseo de seguir a Cristo en el Evangelio, y la gracia eficaz de los sacramentos. Así la persona llega al trato de caridad con todos y a abrirse a la diversidad de personas. (6)

 

El utilitarismo y el hedonismo cultural han aumentado la ausencia de maternidad y paternidad, y de filiación incumplida; y esta tendencia ha sido explotada por los proselitos (7). Hoy muchos que necesitan afirmación del ser, pero que carecen de reverencia por Dios y por lo que es sagrado, niegan el significado objetivo, y nupcial que tiene el cuerpo, del hombre y de la mujer (8), por lo que pecan contra el don mismo de la creación de Dios. Porque la persona humana tal cual, es un don.  

 

Un padre alcoholico, una madre dominante, el divorcio o ausencia de alguno de los padres, una condición física que provoca rechazo entre sus iguales, y otras razones similares, hacen a la persona susceptible a la orientación homosexual. Pero esto no significa que nace genéticamente homosexual (9).    

 

El androginismo parece afirmar a la persona al desear unirse a otra de igual sexo. Pero esto es inverosímil. En el androginismo, la persona se anula en la simetría, ignora el significado esponsal del cuerpo y rechaza la diferencia sexual. No existe conyugalidad porque ésta implica necesarimente reciprocidad asimétrica.

 

Solamente ésta reciprocidad es nupcial (10). ¿Qué es la reciprocidad asimétrica? 

 

El hombre y la mujer son y permanecen diversos en la unión del matrimonio. La diferencia sexual es la polaridad que interpela al ser humano como sexuado, para invitarlo al don total de sí y a la fecundidad de vida. Esta dualidad es asimétrica porque son diversos. No son mitades que forman una unidad o un ser nuevo entre ambos perdiendo su diferencia, como el Androgino. El matrimonio y la unión conyugal afirman al hombre y a la mujer en su diversidad, en sí mismos, sin perder lo que cada uno es y sin pretender ser algo distinto. La nupcialidad respeta el ser, y es ontológicamente creativa.

 

El misterio nupcial procede de Dios, y por eso, nos sobrepasa.

 

El Gran Misterio Nupcial es el misterio del amor de Dios por cada uno de nosotros (11). Se encuentra reflejado en lo creado y se percibe como un llamado fundamental de Dios que interpela a cada persona. Más específicamente, es un llamado nupcial al hombre y a la mujer, que responden a la diversidad sexual que Dios ha creado en ellos.  

 

En términos generales, nos damos cuenta que existe una diversidad común con cada persona, y  que este hecho también nos interpela para vínculo de la caridad. No es por el hecho mismo de la sexualidad, sino por el hecho de la contingencia. Somos necesarios unos a otros porque somos distintos en los dones, como los miembros de un Cuerpo se necesitan (12); como humanidad e Iglesia.

 

El ser humano siempre ha intuido el gran misterio nupcial y lo ha hecho objeto de inspiración para su vida, desde los tiempos más antiguos. En la poesía antigua figuran imágenes como las bodas entre el cielo y la tierra, de los griegos; o como la dualidad cósmica china del “Yin y Yang” (13). Es la intuición del principio dual inscrito en la creación; y de la diferencia que llama al ser a la reciprocidad. La dualidad pone en movimiento el afecto, el don, y la fecundidad creativa, que son elementos inseparables del amor nupcial.  

 

Desde el principio, la creación de la persona en dos únicas versiones: hombre y mujer, originó el matrimonio. Es vocación natural y genuina que participa en el Gran Misterio Nupcial (14) (15).

 

En la historia de Israel, Yahvé-Dios hace alianza con el Pueblo Escogido. Poetas y profetas del Antiguo Testamento describen en la dramática bíblica, la promesa, la fidelidad, la reconciliación y el gozo festivo de la relación entre Yahvé e Israel (16).

 

Cristo es la Encarnación del Esposo que viene a las bodas con la Iglesia-Esposa (17). Su fidelidad y solicitud por Ella hasta la muerte y muerte de cruz, vencen con la Resurección, para santificarla y hacerla fecunda. 

 

El amor de Cristo por la Iglesia, es el arquetipo del amor. El sacramento significa la forma perfecta del amor humano: humano, fiel, indisoluble y fecundo (18). La entrega total de Cristo a nosotros, sirve de principio análogo. (19)

 

Los tres elementos inseparables de la nupcialidad son (20):

  1. diferencia sexual,

  2. amor y el don total de sí, y

  3. procreación.

 

La diferencia sexual. Es la polaridad creada por Dios; la estructura cuerpo-espíritu del ser-hombre y del ser-mujer, lo cual es una diferencia que interpela recíprocamente.

El amor como don total. El afecto por el otro diverso lleva a la entrega plena, de sí mismo, la cual se cumple en la diferencia. El amor conduce al don, y acoge el don del otro. Cada uno es afirmado y acogido por el otro como persona diversa. El amor nupcial como don completo de sí, es fuente de vida y de gozo.

La procreación. El amor es difusivo por naturaleza. La vida nueva abre al hombre y a la mujer a Dios, ante el don misterioso del hijo, cuya presencia refleja a ambos en una terecera persona distinta.

 

(Esther M. Sousa cursó maestría en Persona, Matrimonio y Familia en el Instituto Juan Pablo II, U. Lateranense, Roma. Fue directora asistente en Vida Humana Internacional)

 

NOTAS:  

(1) “El Banquete”, de Platón; literatura clásica griega; (2)  “Hombre y mujer, el misterio nupcial”, Angelo. Scola, Ed. Encuentro, 2001, p.137; (3) “H. U. von Balthasar: Un estilo teológico”, A. Scola, Ed. Encuentro, 1997, III, 36; (4) “Homosexualidad y Esperanza”, Asociación Médica Católica de los EE.UU.; www.cathmed.org. Traducido por Vida Humana Internacional: www.vidahumana.org/vidafam/homosex.; (5) “La relación entre amor y sexo”, Dr. Rudegeair, Conferencia de Respeto a la Vida, Estado de la Florida, Octubre 2003; (6) P. John Harvey, OSFS, Courage / Encourage, Rehabilitación redentiva y apoyo a personas con orientación homosexual y a sus familias. St. John the Baptist, 210 W. 31st Street , N.Y. , N.Y. 10001 (212) 268-1010, www.couragerc.net.; (7) “Activismo homosexual” www.vidahumana.org/vidafam/homosex/activismo/html#1. Algunas organizaciones proselitistas son: Planned Parenthood; SIECUS (Sex Information and Education Council of the U.S. ); NAMBLA (North American Man/Boy Love Association), ILGA; (International Lesbian and Gay Association), Homosexual Teachers Association of N.Y., y AIDS Foundation of San Francisco. Han contribuido a eliminar el homosexualismo como patología en la psiquiatría en EE.UU.

(8) El cuerpo tiene significado esponsal que emerge como dimensión del don, del hombre y la mujer. Catequesis sobre el amor humano, Juan Pablo II, Enero 9, 1980; (9) ibidem #4; (10) Cateq., JPII, Feb. 20, 1980; (11) “El significado esponsal del cuerpo humano corresponde al significado esponsal de la alianza”, Cateq. JPII, Enero 12, 1983; (12) “..como nuestro cuerpo en su unidad posee muchos miembros y no desempeñan todos la misma función, así también nosotros siendo muchos, no formamos más que un solo cuerpo en Cristo, siendo cada uno por su parte, los unos miembros de los otros.” Rom. 12, 4-5; (13) G. Zuanazzi, Temi e simboli del eros, Roma 1991, p.46; (14) “Gran misterio es este, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia”, Efesios 5, 32; (15) Is. 54, 5 y 10: “..tu esposo, es tu hacedor, Yahvéh Sebaot es su nombre y el que te rescata, el Santo de Israel, Dios de toda la tierra se llama…porque los montes se correrán y las colinas se moverán, más mi amor de tu lado no se apartará, y mi alianza de paz, no se moverá. .dice Yahvéh..”; Ez. 16: “..me comprometí con juramento, hice alianza contigo, oráculo del Señor Yahvéh…” etc. Cateq. Enero 12, 1980; (16) Cateq., JPII, Oct. 6, 1982; (17) Jn. 3, 29: “El que tiene a la novia es el novio, pero el amigo del novio, el que le asiste y le oye, se alegra mucho con la voz del novio”; (18) “De la vida humana”, Pablo VI, 25 de Julio de 1968,  #9;

(19) “Sed sumisos los unos a los otros en el temor de Cristo, Ef. 5, 21ss; (20) Hombre y Mujer, El misterio nupcial, A. Scola, Ibidem, p.27.  

NOTA DEL AUTOR: La reproducción de este artículo se permite sin hacerle modificaciones y mencionando autor y crédito. @ 2004