Grandes maestros de la "desesperanza"

Autora: Esther Sousa

 

 

La interpretación pesimista que hacen Freud, Marx y Nietzche sobre las posibilidades del ser humano, resulta ser una condena para la persona. En su interpretación, el ser humano es considerado como determinado irremediablemente por las tres concupiscencias: de la carne (Freud), de los ojos (Marx), y de la soberbia de la vida (Nietzche).(1)

Sigmund Freud interpreta al ser humano en términos de la libido sexual, como fuerza inconsciente que lo domina. Su teoría de que "el núcleo o corazón del Hombre está determinado por la unión entre el instinto erótico y aquel destructivo”, y que “la vida consistiría en apagarlos" (2), ha servido para tolerar todo el daño y ha sumergido a muchas personas en el pesimismo, respecto a la terapia redentiva.

Desórdenes como la homosexualidad, el adulterio, la pedofilia, la masturbación, y otras parafílias, tendrían que llegan a ser aceptadas como estado "irremediable", lo cual ha llevado a algunos a pensar que obrar según estas concupiscencias es algo normal. Algunos han querido aún demostrarlo por todos los medios, como hizo el zoólogo americano Alfred Kinsey (3).

Karl Marx desconfía que el ser humano sea capaz, ni digno, de la democracia, la basada en principios de verdad y en derechos humanos inalienables. El crea el Estado totalitario, no concorde a la naturaleza antropológica del humano que necesita de un espacio adecuado de libertad, de trascenderse por medio del espíritu y la fe en Dios.

Impone un Estado en el que el control absoluto apaga toda iniciativa personal, de emprender el bien común. La voz de los ciudadanos no cuenta, y no hay libertad de expresión. En esta sociedad, la promoción de la equidad de género iguala las diferencias de naturaleza entre hombres y mujeres, para que no haya envidias, y para que ambos participen en la revolución y en la producción. Pero el control lo lleva un dictador y un partido, eternamente reelegido.

La educación familiar de los hijos la lleva a cabo el Estado y no los mismos progenitores, que los aman mejor. La familia se desmiembra y no tiene derecho a la privacidad, ni siquiera en el hogar. Se promueve la salud reproductiva, para que las mujeres no falten al trabajo o a la escuela, y no se afecte la producción; y el aborto legal, se practica, para discriminar a los que no producirían, y así, "ahorrar" costos de población, e incrementar el producto nacional bruto (PNB). Aún sin darse cuenta que eso tiene otros efectos negativos en la población y en la economía (4)

El capitalismo “salvaje”, se encuentra al extremo opuesto del ideal de Marx, pero, como se puede demostrar, llega a fines idénticos, pero por otro camino: el mercado salvaje.

Friedrich Nietzche crea la doctrina del superhombre, la cual genera al hombre y la mujer, despóticos, la supremacía de la raza y la eugenesia. Su teoría considera dignos de la vida a unos a los que atribuye superioridad por su raza o por su condición. Esto sirvió de base a la ideología hitleriana, y a la de Margaret Sanger, fundadora de Planned Parenthood (5).

Desde entonces surge la institución de la cruel destrucción de millones de personas que por su raza, religión o salud son considerados menos persona; y son hechos holocausto, en aras del ídolo-hombre, o del dios-Estado. Bajo esta concepción, proliferan grandes males como la eutanasia, las esterilizaciones masivas, los abortos.

El nuevo Auschwitz surge como la exterminación legal en los campos de concentración, y hoy, son los abortuarios, las clínicas, los laboratorios. No se entiende el valor intrínseco ni la dignidad de cada ser humano, en esta doctrina; desde el más diminuto e inocente hasta el más enfermo y anciano, todos somos susceptibles a ser considerados, menos persona.

Toda esta cultura contra el ser humano se ha hecho un movimiento destructor de la humanidad (6), una cultura de muerte. Organizaciones globales y no-gubernamentales han elaborado agendas inspiradas en esta visión errada del ser humano, pensando en ser más humanistas; a falta de una antropología adecuada, más concorde a su ser, a sus posibilidades, y a sus aspiraciones más profundas, según el llamado interior a realizarse, como persona, en una comunión de personas.

La Biblia reconoce también las tres concupiscencias (7) pero tiene una visión esperanzadora y un horizonte más adecuado al ser humano.

Cristo mismo está consciente del deseo y las concupiscencias (8) que nacen del interior, y que orientan a la persona a actuarlos. En su interior, en su núcleo sacro o corazón, se fraguan realmente estos deseos. Pero los 3 maestros de la desesperanza consideran como criterio absoluto y núcleo definitivo del hombre, de la antropología y de la ética del comportamiento, a esas concupiscencias, sin remedio.

En la Biblia, los tres factores son importantes para comprender al ser humano, sus acciones y su valor moral. Pero considera que lo que empieza en los deseos del corazón y luego se podría abandonar a la fuerza de la concupiscencia, es redimible (6), lo cual es liberador. La verdad es que el ser humano puede recuperarse.

Puede tomar consciencia de sí y de los demás; es uno de sus privilegios humanos. Con la inteligencia y razón puede llegar a la verdad y hacer un juicio, para llegar al arrepentimiento. Con la autodeterminación de la voluntad consigue mucho de lo que se propone, con el empeño y la perseverancia. Con el afecto puede inclinarse a todo lo que entiende como amable, bello y verdadero, y luchar por alcanzarlo. Con la conciencia percibe las opciones morales y se puede dirigir hacia el auténtico bien (7), si conoce la verdad. Todo lo cual manifiesta la constitutiva imagen y semejanza con Dios que tiene, aunque ahora está nublada por su naturaleza caída, y por el pecado (Gen 3,4ss).

Es indiscutible que el ser humano posee un llamado interior, que lo trasciende. Es algo que se origina más allá de su propia persona e iniciativa. (8) Es un llamado a realizar su dignidad, y a superar esa condena injusta que le han hecho. (9) El hombre siempre ha lamentado la esclavitud que lo destruye a él, y a sus semejantes.  

La capacidad de recuperación, es capacidad de redención. Algo en lo que no creen los maestros de la desesperanza. El hombre no se encuentra en un irreversible e irremediable estado dominado por la concupiscencia, aunque ésta lo aqueja. El ser humano puede llegar a ordenar sus energías instintivas y tendencias, con ayuda. Por medio de la gracia (la ayuda), se rehabilita en la terapia, si hace como una parte de su vida, todo aquello que se opone a la concupiscencia (10), para ganar virtud, sabiendo que su libertad interior busca la realización plena del don de sí mismo, en la verdad. (11)

El ser humano se realiza, donándose, como persona. De otra manera no llega a ser feliz. Y no puede lograrlo por sí sólo. Sólo por medio de la gracia.

Tenemos derecho a comprender y realizar eficazmente este llamado interior a la redención y a la realización de sí. ¿Cómo es posible dirigir eficazmente estas fuerzas?

Es importante saberse llamado, con fuerza, por el Amor.

Hay un llamado externo al corazón del ser humano: Cristo desde el Evangelio lo mueve a vivirlo, desde el interior.

Pero también hay un reclamo desde el interior en la conciencia humana, eco de la Creación Originaria de Dios, desde el Principio (Génesis), aún en los que no han conocido el Evangelio. Cristo apela a la fuerza originaria del misterio de la Creación (como llamado natural a partir de la conciencia, la voluntad, el juicio, el afecto)(12). Este llamado se vuelve en fuerza restauradora por medio de la Redención, la cual Cristo actúa eficazmente, por medio del Santo Espíritu, por los Sacramentos instituídos por El.

La naturaleza originaria del ser humano y la eficacia de la redención constituyen el más profundo y efectivo llamado, e impulso del corazón.

La dignidad humana es reconocida en algunas expresiones del Nuevo Testamento;  como en el texto de san Pablo que revela que somos "Templos del espíritu" (13), una unidad constitutiva del cuerpo y del espíritu, que está llamado a ser ethos, o morada, del Espíritu de Dios.

¿Quién no se siente impelido a conseguir con todas sus fuerzas, todo lo más noble y bello de la vida, de la entrega personal, y el amor verdadero ? (14)

La antropología adecuada es verdaderamente integral y demuestra ser antítesis de teorías como la de los maestros de la desesperanza; revela una visión más adecuada del ser humano y de sus posibilidades. "Nadie debe verse irrevocablemente acusado y dado a la preda de la concupiscencia…, sino que es importante para todos sabernos llamados personalmente." (15)

Descubrir la dignidad del ser humano, es descubrir lo que es ser persona, un ser llamado; llamado con fuerza, por el Amor: un ser llamado simultáneamente, a la vida, a la Vida.

La triple fuerza positiva con la que cuenta el hombre proviene de Dios: la obra del Creador (en la fundamental y constitutiva imagen y semejanza Trinitaria); la redención del Hijo (el llamado del Evangelio y la acción eficaz de la Gracia en los 7 Sacramentos); y la Vida, la Verdad y el Amor que proceden del Espíritu de Dios, que posibilitan el hombre y la mujer nuevos. Pero no en una la soledad individual, sino en la communio ecclesiae de las personas, en la verdad y en el amor.

 

NOTAS:

(1) Juan Pablo II, "Uomo e Donna Lo Creó", La catequesis sobre el amor humano, XLVI, 1, Libreria Editrice Vaticana, 1992;

(2) Ibidem, nota bibliográfica #3: S. Freud, "Abrib der Psychoanalyse. Das Unbehagen der Cultur, Fischer, Frankfurt/Hamburg, 1955, p.74-75)

(3) Dr. Judith Reisman, "Kinsey, Sex and Fraud", Introduction, Huntington Publishers, 1990

(4) Dra. María Gónzalez, "¿Porqué tantos abortos en Cuba?, biblioteca de artículos de VHI.

(5) Margaret Sanger es la fundadora de Planned Parenthood; solicitó "eliminar las malas hierbas humanas, acabar con la caridad, segregar a los retrasados mentales y a los incapacitados y esterilizar a los de las "razas genéticamente inferiores", cita de: "Planned Un-parenthood", folleto de HLI;

(6) William A. Donahue, "¿Qué es la "cultura" de la muerte?", traducido de "Qualifying the Culture of Death", Revista Catalyst, Nov.1995: se encuentra en www.vidahumana.org/vidafam/muerte/que-es.html;

(7) I Juan 2, 16;

(8) I Juan 3,20;

(9) Mateo 5,27-28;

(10) Los centros de ayuda a la mujer en crisis de embarazo; la sanación del síndrome traumático del postaborto; los programas de castidad para personas con orientación homosexual, la rehabilitación cristiana y ocupacional de las mujeres y los niños dedicados a la prostitución; los cursos de planeación natural de la familia, para las parejas de casados; la educación de los jóvenes en los valores, y en la castidad; la rehabilitación de alcohólicos y drogadictos;  y otros programas han probado éxito.

(11) Juan Pablo II, Ibidem, XLVI,

(12) Juan Pablo II, Carta a las Familias, #14;

(13) I Cor 3,16

(14) La Dra. Von Hildebrand lo explica en su charla sobre los Aspectos psicológicos de la sexualidad: Valores y responsabilidades. Charla durante el Congreso de VHI en Miami, publicada en Escoge la Vida, mayo-junio de 1990.

(15) Juan Pablo II, Catequésis sobre el amor humano, XLVI, 6. 

Esther M. Sousa cursó Maestría en el Instituto Juan Pablo II de la U. Lateranense de Roma, fue Directora Ejecutiva Auxiliar de Vida Humana Internacional (VHI), y hoy colabora en dicha organización. Este artículo fue publicado en el boletín electrónico de VHI del 13 de Febrero del 2002. www.vidahumana.org 

NOTA DEL AUTOR: La reproducción de este artículo se permite sin hacerle modificaciones y mencionando el autor y el crédito. @ 2002