Meditación diaria Bíblica

Alegría=respuesta a Jesús

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

"'Nadie os quitará vuestra alegría' (Jn 16,22)

Compara Jesús su muerte y resurrección a los dolores de parto de una mujer y al gozo de ésta cuando tiene a su criatura entre los brazos. Cuando los discípulos vean el triunfo de Jesús y su presencia en medio, su alegría será permanente. Vive con alegría. La alegría es la mejor respuesta que puedes dar a Dios, la mejor fragancia que puedes ofrecer a los demás, el mejor abrazo que te puedes dar.

Jn 16,20-23a: LA ALEGRÍA DE JESÚS NO SE LA QUITARÁ NADIE

1) CONTRASTES: Juan es amigo de los contrastes para obligar al lector a tomar posición. En su evangelio de hoy hace contrastar el tema de la tristeza y de la alegría. La muerte de Jesús sin la conciencia de la Resurrección deja en los discípulos un sentimiento de tristeza y soledad sólo comparable con la de Jesús en el huerto de Getsemaní. Esta tristeza también es memoria de la pasión que debieron sufrir las primeras comunidades cristianas por las persecuciones externas y por sus conflictos internos. ¿Qué persona, familia o comunidad no ha sentido el peso de la tristeza por las faltas de amor no confesadas; por las desatenciones e injusticias; por el aprovechamiento de algunos y los abusos de otros; por las tentaciones no vencidas; por los problemas no resueltos...?

2) JESÚS ALIENTA: Pero Jesús nos alienta a no perder la esperanza; a estar convencidos de que, con esfuerzo y sacrificio, la vida siempre se impondrá sobre los que han hecho del mundo un mercado de la muerte para su propio provecho. Renovar diariamente nuestra fe en el Dios de la vida es el mejor antídoto que nos podemos inyectar para no dejarnos contaminar por los virus del pesimismo, del aislamiento, del odio reconcentrado, de la indiferencia... que enferman y matan lentamente al mundo de hoy. Es responsabilidad de los cristianos entregarle al mundo cada día la alegría liberadora de Jesús por sobre todos sus dramas.

ORACIÓN: Señor, cada día me miras a los ojos para ver si estoy alegre. Señor, cada día vienen a mí los tristes, ayúdame a darles tu alegría.