Postal a los jóvenes

He aquí al hombre

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

"Jesús salió, con la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: He aquí al hombre." Jn 19,5

Cuando la condena de Jesús, Pilato lo presentó a la multitud con estas palabras: "He aquí al hombre". Podemos decir que Pilato está lejos del alcance de sus palabras. En efecto, "el hombre Jesús" llenó todas las condiciones para cumplir la misión que Dios le había confiado. Para nuestra humanidad decaída, era necesario un tal Salvador.

En la carta a los Felipenses 2,7, el apóstol Pablo nos recuerda: "Jesús se despoja tomando la forma de servidor y convirtiéndose en semejante a los hombres y apareciendo como un hombre normal, haciéndose obediente hasta la muerte de cruz".

"He aquí al hombre, no encuentro en él ningún crimen" dijo Pilato. Bajo un manto de púrpura, echado en sus espaldas para ridiculizarlo, era el hombre sin pecado". La multitud gritaba: "fuera, fuera, sacrifícalo." Toda esta escena entraba en el plan de Dios para nuestra salvación.

En la Biblia se escribe: "Pues hay un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, que se entregó en rescate por todos"( 1 Timoteo 2,5). Aunque de origen divino, Jesús se ha revestido plenamente de nuestra humanidad. Nacido de una mujer por el Espíritu Santo, creció en sabiduría, estatura y gracia delante de Dios y de los hombres (Luc 2,40). Tuvo hambre y sed, lloró y oró....(Luc 4,2, Jn 11,35, Luc 6,12). Inocente, estaba lleno de amor por sus verdugos: "Padre, perdónalos pues no saben lo que hacen" (Luc 23,34).


En el libro de los Hechos de los Apóstoles, el apóstol Pedro dirá la multitud reunida delante de él: "No hay salvación en ninguno otro.

Jesús tomó tu lugar en la cruz. Murió por tus pecados. Pero no se quedó en la cruz. Dios lo resucitó de entre los muertos para tu salvación. Cree en él.



Una oración para hoy


Señor, reconozco que eres mi Salvador. Te pido perdón por todas mis faltas y pecados. Esta salvación tan magnífica supera mi comprensión pero te estoy muy agradecido por amarme tanto. En el nombre de Cristo, amén.