Postal a los jóvenes

Ver a Jesús

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

"Levantaron los ojos, y vieron sólo a Jesús solo." Mateo 17,8

En el día de ayer, Navidad, mientras celebraba la Eucaristía, vi a una persona joven, una chica. Aparentemente, parecía distraída. Sin embargo, al mirarla varias veces por su actitud fuera de sí, me di cuenta de que estaba concentrada plenamente con su bella mirada en la figura del Niño Jesús. Otras figuras no le interesaban. Incluso parecía que tampoco le llamaban la atención las palabras que dirigía a todos m sobre e sentido de la Navidad en este día 25 de diciembre del año 2007.

Después de la Misa, me acerqué a ella. Seguía con los ojos fijos en la figura del Niño. Y le dije: ¿Te ha aburrido mi homilía?-le pregunté. Y con su mirada dulce, me contestó: ¡No, qué va, todo lo contrario! Cada una de sus palabras las he ido lanzando al lago de mi alma y a los ojos de Jesús para que me vea y lo mire con amor. A través de tus palabras puedo verlo a él.

Mira, me decía con su mirada luminosa y su voz templada y dulce como el silencio que reinaba en la iglesia: “Puede ser fácil centrar nuestra mirada en los que nos rodean y olvidar mirar a Dios. Puede ser fácil entretenerse en ver cómo va vestido cada cual o detenerte si las chicas y chicos van vestidos a la moda y sus tendencias. Pero Dios quiere que tome conciencia de mí misma, que viva el misterio que me permite celebrar.

Y mirando a Niño Jesús con toda mi atención, me ha enseñado, una vez más, que “soy tesoro llevado en esta vaso frágil de mi cuerpo, como el suyo en la cuna. Pero sé que desde mi debilidad , él actúa en mí" (e Corintios 4,7). En lugar de depender de las personas o de las cosas, Dios quiere que dependamos de Jesús.

Hoy, al igual que la joven, mira y contempla a Jesús por todas tus alegría y necesidades. Recuerda que si los otros te dejan caer, Jesús siempre está a tu lado para levantarte porque siempre es fiel. Pon toda tu confianza en él.

Y al terminar la celebración, y antes de cerrar la puerta, le pregunté a la joven centrada en Jesús: ¿Cuál es tu nombre?- Natalia, me dijo. Le di la bendición deseándole una feliz Navidad y Año nuevo en el Señor.


Una oración para hoy

Señor, ayúdame a centrar mi atención en ti. Es a ti a quien dirijo mi mirada cuando te necesito para alabarte, darte gracias y cuando te pido ayuda en mi debilidad. Deseo cada día estar más cerca de ti. Te amo, Señor. En el nombre de Jesús, amén.