Postal a los jóvenes

Cuidad de luz

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

"Sois la luz del mundo. Una ciudad situada en la montaña no puede ocultarse." Mateo 5,14

La palabra griega que ha sido traducida aquí por “ciudad” es la palabra “polis”, una palabra importante en el mundo del Nuevo Testamento. La polis constituye una contribución mayor de la que han aportado los griegos a la civilización, con las “ciudades-estados” como Atenas y Esparta. La Enciclopedia Británica observa que “la polis tenía por centro una ciudad, generalmente fortificada, pero incluía los campos circundantes." Su característica particular era "una ciudadela sobre una colina”.

Una polis era un lugar de seguridad. En la Biblia, esta palabra ha sido atribuida a ciudades como Jerusalén, que estaba colocada en una colina, y que tenía sólidas murallas. Esta ciudad era fuente reconfort para los viajeros fatigados. Aseguraba una protección a la gente, que se sentían seguras en sus muros. Pero era igualmente un resplandor de esperanza. Con motivo de sus viajes, los hombres y la mujeres intentaban percibir signos que anunciaban la cercanía de la ciudad santa. Jerusalén era así un poderoso símbolo, en parte porque no podía ocultarse.

Jesús comprometió a todos sus discípulos a ser como esta ciudad situada en la colina. No podemos ser tímidos o dubitativos. Debemos ser valientes y fuertes, como una ciudad cuyos muros son inexpugnables. No podemos ser débiles, o inquietarnos por lo que puedan decir los otros respecto a nuestra fe o a nuestro modo de vivir. Y debemos comprometernos en mostrar el ejemplo de la piedad, aportando una luz constante de esperanza, valor y salvación.

Hoy, acordaos que sois luz del mundo. No esperéis que los demás hagan lo que sólo vosotros podéis cumplir o hacer. Consagrad de nuevo vuestra vida al servicio de Dios. Buscad purificaros del pecado y sed decididos en el compromiso testimonial. Que los que os rodean vean vuestra luz mediante vuestras palabras y acciones.



Una oración para hoy

Padre, reaviva en mi tu Espíritu Santo. Purifícame del pecado y consume todo lo que no te agrada. Que tu poder pase por mí y cada uno pueda ver a Jesús en mi vida. En el nombre de Jesús, amén.