Navidad empalagosa

Autor:  Jesús Manuel Valencia

Fuente: Gama

 

 

 Ya se nos hace imposible pensar en una Navidad sin velada, sin pavo, sin regalos…y algún borracho. Cuando pensamos en ella se asoman a nuestra mente los mil recuerdos que de ella conservamos, y todos, casi todos, son felices, azucarados.

Celebrar la Navidad como hasta ahora lo hemos hecho -y como lo seguiremos haciendo- resulta familiar, evidente. Parte de nuestra cultura occidental. Y yo no seré el hipócrita que dice estar en desacuerdo. Porque, es curioso: hay algunos “profetas” que anuncian y denuncian los excesos que se comenten durante estas fiestas, como si todos fueran ciudadanos de Sodoma y Gomorra. Pero luego ahí los ves, bien metidos en piñatas, festejos y posadas, las que –repito – son genuinamente justas.

Lo que si es verdad es que, debajo de todas esas capas de betún y merengue, el misterio -la Encarnación- se va quedando sepultado.

En Belén nos encontramos tanta azúcar. El lugar donde nació Cristo no es un alegre pórtico florentino, con alguna pared semiderruida para dar impresión de abandono. En Belén no encontramos una cueva adornada de escayola, ni el pesebre de confitería color rosa y crema de nuestros nacimientos, con la limpísima mula y el beatífico buey que miran extasiados al recién nacido. El Belén de la realidad no es el de nuestros sueños. Lo que pasa es que nos encanta corregirle la plana a Dios, ¡porque hay que ver que tenemos mejor imaginación que Él!

Pero el milagro más grande transcurrió sin milagros entorno. A excepción de unos cuantos pastores- para orgullo del gremio agropecuario- al resto del orbe, las horas más altas de la historia, se le fue en la nada del sueño.

No quiero quitar el caramelo a la Navidad; ¡que también los aguinaldos son un don de Dios! Lo único que se pretende es rescatar el verdadero -en realidad, el único- sentido de estas fiestas.

Mientras nos comemos el buñuelo, calentitos en nuestros abrigos…recordemos, sólo recordemos que, hace veinte siglos, “en medio del silencio, el Verbo se encarnó”…talvez así nos dé un poquito de vergüenza.