Súplica a la Virgen de Fátima

Autor: Gerardo García Helder

           

Dulce Reina del mundo,
Madre del Hijo de Dios y Madre nuestra,
por medio de los pastorcitos de Fátima
nos has recordado el cumplimiento de los Mandamientos
y nos has pedido el rezo del Santo Rosario
y la consagración a tu Corazón Inmaculado.
Deseando seguir tus consejos y complacerte,
te pido por la paz del mundo
y por la conversión de quienes, como yo, son pecadores.
Te encomiendo, Madre de la Iglesia, 
a todos tus hijos que, como Pueblo de Dios,
peregrinan en este mundo hacia la Casa del Padre.
Especialmente te pido por el Papa, los Obispos 
y todos los que han recibido la gracia 
y la tarea de servir a sus hermanos.
Reina de la paz, orienta a los gobernantes
para que rijan las naciones con justicia
y no desoigan el clamor de los más pobres.
Consuelo de los afligidos, socorre a los que sufren
por la guerra, la enfermedad, la persecución,
el destierro, la falta de trabajo, la miseria,
la vejez, la incomprensión o el abandono.
Extiende tu blanco manto sobre todo el mundo
y atrae a quienes están desorientados o abatidos,
cansados o agobiados, desalentados o desesperados.
Nunca se oyó decir que alguno de los que a ti acudió
con confianza y amor de hijo, haya sido por ti desoído:
escucha mi humilde súplica y atiende mi oración. 

Amén.