Carta a los cristianos

Dios no se muda…

Autor: Padre Gerardo Moreno

 

 

Llevamos una vida tan acelerada y activa, que a veces olvidamos detenernos un momento y mirar al cielo para agradecer. Sentir la lluvia como cuando éramos niños, contemplar la naturaleza y soñar con el mundo con el que sueña Dios.

Puede ser que en alguna oportunidad, por ejemplo, cuando pasamos por una enfermedad, un dolor, una tristeza o una adversidad en sí, oramos y sin embrago; sentimos que Dios no nos escucha, no nos para y se ha olvidado de nosotros ¿No te ha pasado algo parecido? ¿No has sentido que oras y oras, y Dios parece que no responde? Sé que has tenido esa experiencia, pero te digo con fe: Dios no se muda. Puedes sentir su ausencia, porque no encuentras salida a tu situación, pero no por eso Dios se ha mudado, no, permanece ahí, especialmente en tu adversidad, porque Dios no abandona a los que creen en Él, Dios no se va de vacación cuando más lo buscas. Dios permanece fiel hasta el final aunque el mundo se te venga encima. Recuerda las huellas en la arena, cuando solo mires dos huellas en la arena, es que Dios te lleva cargado para que supere el obstáculo que te aqueja y te impide ser feliz.

¿Desde cuándo no tienes una cita? El tiempo lo sabes tú, sin embargo, te invito a una cita, ¿aceptas? Okey, la cita a la que te invito es con Dios. Sé que dirás que ya la has tenido o no tienes tiempo, pero no está demás que vuelvas a encontrarte con Él en este mundo acelerado que se ha olvidado de Dios y del prójimo. Especialmente te invito al encuentro con Dios misericordioso que no le importa tu pecado ni tu pasado. Le importas tú, tu felicidad, tus ganas de echar adelante, tu esperanza, tu sencillez de corazón. Te invito a un encuentro con Papá Dios a través de su Hijo, que ha venido a llamar a los pecadores, no a los justos; además, está entre nosotros para dar vida y en abundancia ¿Qué dices ahora? ¿Aceptas la invitación? La respuesta la tienes tú, como María la hermana de Marta, procura elegir la mejor parte que nadie te quitará.

Cuando las cosas no marchen bien en tu vida, recuerda la oración de Santa Teresa de Jesús: Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene nada le falta solo Dios basta.

Si te parece, vamos a proclamar una oración:

Señor, Jesús, gracias por llamarme, ungirme con tu poder, enviarme a hacer el bien para vencer la maldad, el egoísmo, la envidia y el rencor, venga de donde venga. Sáname, sana a mi familia, libérame, libera a mi familia, aumenta mi fe, aumenta la fe de mi familia. Envía sobre mí y sobre mi familia tu Espíritu con sus siete sagrados dones. Amén.
Dios no se muda…