Novena a las Benditas Almas del Purgatorio

Autor: Isabel Conde Ramirez 

 

 

 

El mundo empieza ahora para vosotras. Ahora que entre sollozos, los que os reservan muchos días de duelo, no saben bien qué hacer...Qué sentir.Todo ha sido demasiado rápido!.

Incluso si la enfermedad fue horadando, lentamente, el cuerpo del que yace presente en el funeral que se le honra y en justicia se le debe...  Difícil para quién se queda...pero los tiempos menguan. Del dolor y la parsimonia con que se cubren las horas se pasa al inquieto e incesante acelerón del tiempo que sigue su camino.

Lloran los vivos.

Lloran...y, secan sus lágrimas.

Un mundo traspone dejando muy lejos al otro.

DIA PRIMERO: PARA EL ALMA DEL SER QUERIDO Y AMADO QUE NO ABANDONARÁ JAMÁS EL CORAZÓN DE QUIEN LE AMABA

Todavía miras abajo. En tu ser halado se trasponen visiones de borrosas alegrías pasadas en los ojos hundidos y los semblantes llorosos de los que tanto aun os aman. Estáis quieta, amada alma mía. No sentís congoja alguna. Os sabéis benditas. Una vida de felicidad, tal vez merecida, tal vez mal aprovechada .Aunque eso se os escapa de la memoria, del entendimiento, el propio ser que ya no es como era, horas antes, días quizás. O toda una vida esperando avanzar por la antesala y ver al Fin, el Rostro de Nuestro Señor, Jesucristo

No habéis estado solos en la espera. Ni tampoco se hizo eterna a vuestro tiempo antes mortal. Junto a vosotras almas queridas que recibisteis tanto amor, se encuentran miríadas de oraciones por vuestro definitivo encuentro. Los ángeles de Dios, desgranan, una a una las oraciones  y van rompiendo los lienzos que las relatan según la sinceridad que muestran las palabras leídas en presencia vuestra, alma tan amada.

¿Cómo os sentís?. Defraudadas ¿quizás?  !Aun se os permiten esa clase de sentimientos.!

 

 Alma que fuiste tan buena que ni siquiera hoy mereces una oracin de esperanza  por tu alma...eres hoy un alma muy desdichada. Muchos fueron tus pecados que la misericordia de tu ángel de la guarda ocultaba a los ojos mundanos. Muchos los errores cometidos y no declarados. Demasiadas las vanaglorias con que regocijásteis vuestros momentos  terrenales. Y porque en realidad fuiste un alma piadosa, estáis aquí en este purgatorio dónde pronto rezarán por ti los que hoy no lo piensan hacer. Dónde muchos que no te conocen rogarán por tu consuelo.

Tu pena: el olvido no merecido.

Tu Gracia: LA MISERICORDIA DIVINA.  

 

DIA SEGUNDO: PARA EL ALMA QUE OLVIDO QUE UN DIA MORIRA.

Amiga mía, entre el cielo y el infierno no hay nada. Ese vacío que llamabas mundo no es más que una cueva  dónde buscar refugio mientras se decide nuestro verdadero destino. Como Ali Babá y los 40 ladrones, dichosa tú, encontraste un tesoro. Un tesoro demasiado grande que te hizo permanecer en la cueva para vigilarlo constantemente. Era una cueva bonita, limpia, serena. En ella no haba bullicio, gente, ni problemas. Sólo estabas tú, alma bendita, tu familia, tus cosas, tu fe tan grande como una granito de arena del mar más muerto de este mundo. Así que viviste sin saber que los otros existían. No, no fue por miedo a perder tus alhajas, ni por compartir un poco tu tesoro!. No, sólo fue por si acaso Por si se rompía la paz de tu vida. Como el empleado que recibe un talento y lo entierra a buen recaudo mientras vuelve su amo, así hiciste tú con tu cueva y lo que ella albergaba. Pero, el amo no llegó. El Amo se quedó esperando a que tú, alma desdichada, acudieras a su encuentro.  Y así fue. La cueva sigue intacta. Dentro, la familia más unida que nunca,  te rezan para que les protejas y nada cambie para ellos. Te rezan en el más puro egoismo aprendido de tus entrañas.  Y los ángeles con los lienzos casi vacíos de palabras, se miran unos a otros buscando la caridad necesaria para empezar a leer.

Tu pena: el olvido que mereces

Tu gracia: Las oraciones de quienes no saben de ti, ni nunca supieron pero sí conocen el amor de Dios.

 

 

DIA TERCERO: ALMA PIADOSA QUE CUMPLIÓ EN ESTA VIDA PERO DEJÓ MIGAS DE PAN ESPARCIDAS POR EL SUELO.

Qué hermoso fue tu camino aquí en esta tierra!. Cuánto gozaron de tu misericordia gentes que nada tenían! La caridad: el sello que  llevabas grabado en tu frente antes de nacer. La justicia: que fuiste acunando por propio impulso y que hizo el bien y el mal tantas veces.

 

!Alma piadosa, de ti aprendimos tanto! Junto a ti se sentía paz. Los niños se acercaban buscando un caramelo y una caricia tuya en sus cabellos.

La parroquia a la que ibas, estaba fuera de tu barrio, lejos de tu condición social. Ayudaste una y mil veces a todos tus prosélitos. Aunque, alma mía, AY! Te olvidaste de algo. No supiste reconocer tu vergúenza.. Olvidaste que los ricos también existían. Que tú mismo lo eras. Pero te avergonzabas de haber nacido en una  zona tranquila y de prestigio. Te olvidaste de tus hermanos, los ricos, que tan difícil tenían pasar por el ojo de una aguja. Te olvidaste, alma piadosa. Y ahora tú tampoco puedes pasar por ese ojo. A pesar de tu piedad de corazón entregada. A pesar de tu sinceridad y entrega ofrecida. Pero los ngeles no tenían carta alguna que leer. Y no es que los pobres , los desamparados y afligidos no sepan leer, sóolo que te pensaron tan bueno que: !PARA QUÉ REZAR POR TI!

Tu pena: el negarte a ti mismo.

La gracia: que Dios sí sabe quién eres y te ama.

 

 

DIA CUARTO: PARA EL ALMA QUE AMÓ DEMASIADO Y NO DEJÓ CAMINO A LA PROVIDENCIA.

Hermana mía, impetuosa como pocas. Fuerte. Valiente. Con recursos y mucha audacia. Te crecías ante lo imposible. Unas veces ganabas, otras lo dejabas todo en el camino. Pero siempre estabas ahí. De pie, altiva. Dios en tu corazn. Él tu fuerza, tu valor, tu fortaleza. Él tu escudo que te cubría cuando no entendas el por qué de las cosas. Aun así seguías adelante. Siempre hubo una explicacin lógica para ti. Fuiste juez y parte tantas veces que ya los ángeles no pueden ni contar los recursos que tus seres de allí abajo te han ido interponiendo a tus espaldas. Amoroso, piadoso y buena gente como te conocieron y, solo dicen de ti: Mira que se lo dije, que fuese al médico?. Tarde me hizo caso y corrió demasiados riesgos..  Que aquel dolor era por algo. Era un aviso y, él...erre que erre, que no. Que no tengo tiempo. Si hubiese descansado, si se hubiese tomado el tratamiento. Si hubiese dejado para mañana aquella reunión tan imprescindible...si.... Y los ángeles perplejos, lloran, lloran por él. Por esa alma bendita que amó tanto, que fue buena con todos , que su fallo fue pura sordera . Y es que nació pensando que los demás no existan, que  únicamente él podía con todo y,... debía. El deber lo primero, aunque duela. El resto es debilidad. Pensamientos obtusos que le llevaron a cumplir, piadosamente los mandamientos de la ley de Dios pero, a creerse que era el propio Dios. Era un alma inocente, buena e ignorante.

Su pena: la vanidad

La gracia: que esa vanidad era por amor a Dios y a los demás.

 

 

DIA QUINTO: PARA EL ALMA DEL DESESPERADO

¿Alma mía dónde estabas cuando tu ángel de la guarda seguía a tu lado?. Alma mía, tú que recordabas los rezos de tu madre, cuando eras bien niño... y la ropa recién planchada que se ponía tu padre para llevaros a misa todos los domingos....¿por qué lo hiciste?. ¿Tu corazón de hombre no podía ver las lágrimas de tu ángel sufriendo contigo?. ¿No pudiste sentir su mano que intentaba sujetar la tuya mientras te desprendías por la ventana al vacío?. Pero, sí alma mía, sí escuchaste los cantos de los coros celestiales que refrenaron tu caída. Fue mortal no obstante, pero allí estaban los santos, los ángeles, tu ángel de la guarda y los coros celestiales, allí estaba la Virgen María que te miró como una madre y tú, alma mía, con una lágrima en tus ojos la llamaste: mamá.

Tu pena: el sufrimiento.

La gracia: el perdón y la misericordia divina.

 

 

 

DIA SEXTO: PARA EL ALMA QUE SANTIFICÓ LAS FIESTAS, REZÓ LOS ROSARIOS, AYUDÓ A LOS POBRES Y SE OLVIDÓ DEL AMOR A SÍ MISMO.

 

 !Hubiese sido tan fácil para ti, alma mía llegar directamente al cielo!  El ejemplo que diste en la tierra fue excelso y bien medido. En tu vida no hubo excesos ni errores. No hubo desaciertos ni tampoco dejaste de cumplir por quedarte corta. Tu cuerpo, templo del Espíritu Santo. Tu boca llena del Santo Nombre de Dios. Tu alma, volaba tantas veces, soñando con el paraíso... que ahora, NO entiendes qué haces aquí EN EL PURGATORIO. Al subir, tu ángel de la guarda presentó el más dulce de los escritos sobre tu pobre persona,. Los otros ángeles, alegres te recibían asintiendo con sus cabezas ungidas con coronas de amor. Las almas de tus antepasados, ya en el cielo, cantaban de júbilo y alegría. Y San Pedro te hizo la gran pregunta: ¿Cumpliste?   Sí, dijiste tú sin titubear, estabas absorta, admirada y feliz por lo conseguido....Cuando, llegó la segunda palabra de San Pedro: Tus seres queridos no rezan ya por ti, y no pusieron coronas de flores en tu tumba, dieron ese dinero a los pobres!.   Bueno, yo lo dispuse así, no quería que malgastasen en mí, adems estoy aquí con vosotros, las flores no sirven para nada.

Querida alma, bendita entre muchas, no sabes que las flores son las oraciones de los vivos que completan los errores de los muertos?. Por eso, aunque te parezca estar ya en el cielo, nosotros seguimos nuestro camino y tu yacerás en el purgatorio hasta que comprendas. Hasta que no sólo ames sino que te dejes amar por los demás..

tu pena: la paciencia

la gracia: todo se acaba, llegarás a ver al Alfa y a la Omega

 

 

DIA SEPTIMO: PARA LAS ALMAS DE LOS RELIGIOSOS

 En el cielo cantan por ti, alma mía que diste tu tormento para bálsamo de otras heridas.  Alma mía en el cielo rezan por ti para que tus faltas, escasas, no se vean tan grandes por el fajo que cargaste cruel sobre el hombro débil que no lo pudo sostener. En el cielo cantan, alabanzas al Señor, por tenerte allí contigo, hijo predilecto del Señor. Tu que en vida fuiste hombre, tu que en vida, mujer sellaste tu consuelo en las manos de DIOS. Sacerdotes, monjas, clérigos, obispos, prelados, Gran pastor, todos aquí reunidos. Todos ante mi Señor.

¿ De tu vida qué hiciste?. No serán los ángeles quienes abrirán la boca, tu alma hablará por ti.

Tu pena: la impones tú

La gracia: se te concede, si la humildad te precede. El perdón llegará y hoy conmigo en mi reino tu estarás.

 

 

 DIA OCTAVO: PARA LAS ALMAS CREYENTES EN OTRA CONFESIÓN

Alma mía aquí te tengo. Aquí vengo a preguntar. Soy Jesús, soy yo mismo, y quisiera yo saber, si te puedo preguntar: ¿Fuiste feliz?. Fuiste mortal?. Cometiste pecados que tu fe no permitía y tu corazón negó?. El arrepentimiento existe, existi ya para ti?. Ya pagaste tu moneda, para llegar hasta aqu?. Dime, amigo: Me conoces?. No. Dime, amigo, ¿ me quieres tú conocer?. Yo te abro un camino. La morada que tú elijas buena para mí ha de ser.

Tu pena: ver el rostro de Jesús por vez primera.

La gracia: el amor de Dios que te perdona y te encomienda a uno de sus ángeles para que llegues muy pronto a tu paraiso.

 

DIA NOVENO: PARA EL ALMA QUE NO CREE EN DIOS

Alma mía que aquí llegas, que miras por doquier...no comprendes dónde estás. Un mal sueño solo es. Pronto, pronto, te despertarás. Alma mía dura fue tu vida, muy dura se presentó. Tanto que la justicia divina hasta a ti se te negó. No sabías  de querencias, nadie nunca te enseñó. Sí que oíste mal ejemplo del cristiano que fallaba. Tu bien sabes: nada es perfecto. Nada, entones, ¿por qué lo ha de ser Dios?. Ese que no existe más que en la manos de las viejas que deshojan rosarios de neón. Para ti, parafernalia. Para ti ostentación, Palacios llenos de lienzos, cuadros que valen sangre y corrupción. Un mundo fuera que es falso, uno dentro lleno de dolor, y...¿dónde está entonces DIOS, dónde está ese que dicen, ese que mi alma nunca vió?

Alma mía, que sufriste,... con un corazón de miel que derrite cicatrices si se le ama con bondad. Dios existe, alguien te dijo... Y aun más a decir se atrevi: AUNQUE TU NO CREAS, EN DIOS, ÉL SÍI CREE EN TI.

Y ahora, mi amigo, lo debido tu tendrás. Mira mi rostro bendito, mira a JESCRISTO que te da la paz.

Tu pena: la vida que no creíste..

La gracia: SABER QUE ES VERDAD, tus pecados son perdonados y ya lo dijo Dios: en la balanza de la vida es posible que los últimos seáis los primeros en llegar.