Oración a la Santisima Trinidad en la hora del sufrimiento y la enfermedad

Autor: Isabel Conde Ramirez 

 

 

Dios de amor, ternura y justicia que, amándonos en divina hermosura tuviste a bien brindarnos el don de la vida para que junto a ti compartiésemos la creación hecha de tu mano, estoy aquí, postrada en alma, adorando tu divina presencia. Te adoro PADRE que creaste el mundo. Te adoro HIJO JESUCRISTO que compartiste el pan con nosotros. Te adoro ESPIRITU SANTO que siempre, desde siempre y para siempre nos llevas en tu regazo. Os adoro con el corazón de un niño, con el cuerpo enfermo creo en VOS, con el alma que os añora constantemente, yo os adoro Santísima Trinidad. Y puesto que de mi debilidad sabéis en demasía, me regaláis con la mirada, la sonrisa de mi Madre, Vuestra Santa y Pura: Hija, Esposa y Madre. La alabada por mí, la dulce y querida en mis ojos, la necesitada de los anhelos de mi pobre alma. Y sabiendo el majestuoso CREADOR de las cosas de ésta, su pequeña sierva, torpe y rebelde, tantas veces, no hacéis más que colmarme de dones, de regalos en ángeles que me cuidan, protegen, esperan, sostienen en mis caídas y, no satisfechos con los logros de su divina tarea, encargan, también a los Santos que me precedieron, para que insuflen en mí el aliento necesario y formar algún día parte de la familia celestial que me aguarda. Y, SEÑOR, con no tener bastante a fe de mis faltas, pasadas, presentes y futuras, me acercáis a esas lindas, hermosas, hambrientas de amor y dulzura, a las BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO. ¡Cuánto ha de dar mi alma por sentirme alguna vez junto a ellas, en la certeza de la antesala que aguarda la liberación abrasadora y gentil del paraíso. Y..., ¡DIOS MIO! ¿Veré yo algún día frente a frente, al fin, a mi hermano EL SANTO ANGEL DE MI GUARDA.?A vuestra Bendita Bondad me acojo y escribo las palabras que vuestra inspiración redentora tenga a bien prodigar en ésta su sierva durante el camino de lágrimas, de amor, y de esperanza de este Bendito mundo por VOS creado.