El divorcio civil

Autor: Padre Jordi Rivero

Corazones.org

 

 

Divorcio es la separación legal de los esposos. La mayoría de los países permiten el divorcio civil y lo regulan en algún grado por medio de la ley civil.

Muchas iglesias cristianas interpretan el divorcio civil como el fin del matrimonio y permiten un segundo matrimonio. La Iglesia Católica no acepta que el divorcio civil nulifique el matrimonio. No puede disolver los vínculos matrimoniales ya que estos proceden de Dios.  "Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre".

La Iglesia reconoce que en algunas circunstancias muy graves es necesaria la separación y la protección de quién corra peligro de ser maltratado. No por ello se disuelven los vínculos matrimoniales.

La Iglesia puede conceder la nulidad matrimonial cuando el matrimonio, desde el principio, careció de un elemento esencial para su validez. Si el matrimonio ha sido anulado ambos pueden quedar libres para casarse.  El Tribunal puede, sin embargo, establecer condiciones o negar el matrimonio eclesiástico si considera que existen impedimentos para ello.

Divorcio civil no es lo mismo que anulación
Si alguno de los integrantes de una pareja que está próxima a casarse, estuvo anteriormente casado por la iglesia, no puede recibir la bendición; en pocas palabras, no se puede bendecir un atento de matrimonio, porque, siendo una parte ya casada, las segundas nupcias no son un matrimonio eclesiásticamente válido.

La razón es que es mandato de Jesucristo que el matrimonio sea para siempre: “lo que Dios ha unido el hombre no puede separar”. Siendo así, la Iglesia no puede (ni un sacerdote ni el Papa) bendecir una unión que es objetivamente contraria a la ley de Dios.

Por lo tanto, la parte casada debe pedir al tribunal de la Iglesia que se examine si hay causa para una declaración de anulación. De no ser posible la anulación, el matrimonio sigue vigente aunque exista un divorcio civil.  Mientras tanto, no puede contraerse un segundo matrimonio.