La Masonería

Autor: Padre Jordi Rivero

Corazones.org

 

 

¿Como distinguir entre cuentos de fantasía inofensivos y el creciente mercado de cuentos con influencia ocultista? Saber la diferencia es importante en la educación de los niños. Ambos géneros utilizan la fantasía pero en forma diferente.

La fantasía presenta un mundo irreal que no se limita por las leyes de la naturaleza: hay muñecos que hablan, personas se convierten en animales, personas que vuelan... Aunque en la superficie la fantasía es irreal, en el fondo, si el autor es cristiano, se respetará el orden moral establecido por Dios sobre el universo, se distingue entre el bien y el mal. Los cuentos pueden incluir magos o personajes malos pero el lector los puede descubrir por lo que son. Los niños, al leer estos cuentos, saben que son fantasía. 

Algunos cuentos de fantasía pueden ser instrumentos para enseñar virtudes y valores cristianos. Dos ejemplos son los cuentos de Tolkien y C.S. Lewis. Ambos incluyen magia pero esta se percibe como causante de un desorden que debe rectificarse, mientras que los cuentos tienen una base moral. 

Cuentos con influencia ocultista. Como advirtió Tolkien, por la naturaleza caída del hombre, su facultad creativa corre el riesgo de salirse del camino de su verdadero objetivo. Todos somos capaces de llevar los dones de Dios por el camino de la idolatría. 

En contraste a la fantasía sana, los cuentos de influencia pagana tienen un mensaje que no corresponde al orden moral establecido por Dios. Llega a ser ocultismo cuando, como Lucifer, desprecian el mundo existente y pretende crear un mundo nuevo muy diferente al ideal divino. El ocultismo desprecia a Dios, pero abunda en lo sobrenatural, promoviendo prácticas mágicas y poderes ocultos que lo remplazan. Ya en los primeros siglos el cristianismo se vio amenazado por los que mezclaban estas prácticas con el cristianismo (ver: gnosticismo). Hoy día también, el lector es tentado con practicar buscando poder y conocimientos esotéricos. 

La tentación tiene también su atractivo para los niños. Ellos, al leer cuentos paganos o del ocultismo son impresionados por un mundo oscuro y, en vez de distinguir plenamente la fantasía y la realidad, como ocurre en otros cuentos, acceden al poder de sugestión y son afectados en su forma de ver las realidades profundas, como el bien, el mal, la virtud, el vicio. El efecto que pueda tener varía según el niño y su contorno. 

Estimo que muchos adultos descartan el peligro inherente en la literatura ocultista porque no conocen la realidad de este mundo. Creen que es pura fantasía. Pero la magia es una práctica del ocultismo y por ende es de influencia diabólica. Es una realidad cuya fuerza está creciendo e invadiendo la cultura infantil. Lo hemos visto en la gran cantidad de testimonios suscitados por nuestra página (corazones.org) sobre la ouija. Muchos jóvenes nos escriben alarmados por las cosas que les ocurren al "jugar" con ella. No existe una magia buena y otra mala, siempre es opuesta a Dios. Vea lo que dice la Iglesia sobre la magia >>>.

Qué dice la Iglesia de la Masonería

La oposición de la Iglesia a la Masonería se fundamenta en:
-Su violación del Primer Mandamiento. Los masones tienen un concepto de la divinidad opuesto al de la revelación judeo-cristiana. No aceptan al Dios Trino, único y verdadero. Su deidad es impersonal. El falso dios de la razón.
-Su violación del Segundo Mandamiento. El grave abuso de los juramentos en nombre de Dios. Formalmente invocan la deidad en sus ritos de iniciación para sujetar al hombre, bajo sanciones directas, a objetivos contrarios a la voluntad divina,
-Su rechazo a la Iglesia Católica, la cual intenta destruir.(Su objetivo de destruir la Iglesia está ampliamente documentado).

El 24 de abril, de 1738 (21 años después de la fundación de la Masonería) Clemente XII escribió IN EMINENTI, la primera encíclica contra la Masonería. Desde entonces ha estado prohibido para los católicos entrar en la Masonería. (Los ortodoxos y algunos grupos protestantes también han prohibido en diversas ocasiones la entrada de sus miembros en la Masonería).
Otros documentos papales sobre la Masonería:
Benedicto XIV, Providas, 18 Mayo, 1751.
Pío VII, Ecclesiam a Jesu Christo, 13 Sept., 1821.
León XII, Quo Graviora, 13 Marzo, 1825.
Pío VIII, Traditi Humilitati, encíclica, 24 Mayo, 1829.
Gregorio XVI, Mirari Vos, encíclica, 15 Agosto, 1832.
Pío IX, Qui Pluribus, encíclica. 9 Nov., 1846.
León XIII, Humanum Genus, encíclica 20 abril, 1884.
León XIII, Dall" Alto Dell" Opostolico, Seggio, encíclica
León XIII, Inimica Vos, encíclica 8 diciembre, 1892.
León XIII, Custodi Di Quella Fede, encíclica 8 diciembre, 1892.
Algunos puntos de la encíclica Humanum Genus, escrita por León XIII en 1884. Esta es la mas extensa y reveladora de las encíclicas sobre la Masonería. Desvela el engaño masónico y sus verdaderos objetivos:
El fin de la Masonería es derrocar todo el orden religioso y político del mundo que ha producido la enseñanza cristiana y sustituirlo por un nuevo orden de acuerdo a sus ideas.
Sus ideas proceden de un mero "naturalismo". La doctrina fundamental del naturalismo es que la naturaleza y la razón humana deben ser dueñas y guías de todo.
La Masonería reclama ser la religión "natural" del hombre. Por eso dice tener su origen en el comienzo de la historia.
El concepto masón de Dios es opuesto al de la Iglesia Católica. No aceptan de Dios sino un conocimiento puramente filosófico y natural. (Dios es entonces imagen del hombre. Por eso no tienen una clara distinción entre el espíritu inmortal del hombre y Dios)
Niegan que Dios haya enseñado algo.
No aceptan los dogmas de la religión ni la verdad que no puede ser entendida por la inteligencia humana.
Poco les importa los deberes para con Dios. Los pervierten con opiniones erradas y vagas.
La Masonería promulga un sincretismo que mezcla desde los misterios de la cábala del antiguo oriente hasta las manipulaciones tecnológicas del modernismo occidental.
El logos masónico del compás y el cuadrante son símbolos de un racionalismo que pretende identificarse con todo lo que es "natural".
Su calendario numera los "Años de Luz" (del primer día de la creación o "Años del Mundo".
Enseña que la Iglesia católica es una secta.
Su oposición a la Iglesia Católica antecede a la oposición de la Iglesia contra ella.
Incompatibilidad entre el Catolicismo y la Masonería:
El Catolicismo es una religión revelada y esencialmente sobrenatural. Por eso la Iglesia debe enseñar con autoridad la doctrina revelada.
La Masonería promete la perfección por medio solo del orden natural y ve el orden natural como el mas alto destino.
De lo anterior se concluye que el Catolicismo y la Masonería son esencialmente opuestas. Si una desistiera de su oposición a la otra, dejaría de ser lo que es.
La encíclica hace una reflexión basada en las "dos ciudades" de San Agustín que representan dos reinos opuestos en guerra. En un lado Jesucristo, en el otro está Satanás. La fuerza detrás de la Masonería, causante de sus engaños y su odio a la verdad de Jesús no puede ser sino Satanás, el príncipe de la mentira.
El Papa enseña que el abandono de las virtudes cristianas es la principal causa de los males que amenazan a la sociedad. (ref. Misericors Dei filius, 23 de junio, 1883)

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Otros pronunciamientos de la Iglesia referentes a la Masonería

El antiguo Código de Ley Canónica (ley oficial de la Iglesia) del año 1917, condena la Masonería explícitamente.

Canon 2335: "Personas que entran en asociaciones de la secta masónica o cualquier otra del mismo tipo que conspire contra la Iglesia y la autoridad civil legítima, contraen excomunión simplemente reservada a la Sede Apostólica.

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Declaración sobre la Masonería de la Conferencia Episcopal Alemana
Publicado en L`Osservatore Romano, (periódico del Vaticano), 9 de julio, 1980

Entre la Iglesia Católica y la Masonería se han mantenido conversaciones oficiales en los años 1974-1980 por encargo de la Conferencia Episcopal Alemana y de las grandes Logias reunidas.

En el curso de aquella se ha tratado de constatar si la Masonería ha experimentado cambios a lo largo del tiempo, tales que consientan a los católicos de pertenecer a ella actualmente. Las conversaciones se han desarrollado en clima de cordialidad y con gran franqueza y objetividad.

Se han estudiado los tres primeros estadios (grados) de pertenencia a la secta. Después de atento estudio de esos tres estadios primeros, la Iglesia Católica ha constatado que existen contrastes fundamentales e insuperables. En su esencia la Masonería no ha cambiado. La pertenencia a la Masonería pone en duda los fundamentos de la existencia de Cristo; el examen minucioso de los rituales masónicos y de las afirmaciones fundamentales, como también la constatación objetiva de que hoy no ha sufrido ningún cambio la Masonería, lleva a esta conclusión obvia:

No es compatible la pertenencia a la Iglesia católica y al mismo tiempo a la Masonería


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La Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, el 17 de febrero, de 1981, promulgó una clarificación sobre el estado de los católicos que se asocian a la Masonería en la que se reafirma la posición tradicional de la Iglesia acerca de la Masonería.

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El Código de Ley Canónica actual (promulgado en 1983) no habla explícitamente de la Masonería sino que se limita a la siguiente advertencia general contra ese tipo de asociación:

Canon 1374: "Quien se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia debe ser castigado con una pena justa; quien promueve o dirige esa asociación, ha de ser castigado con entredicho".
Algunos obispos pensaron que este canon ya no aplicaba a la Masonería. Estimaban que ésta había evolucionado y que ya no "maquinaba" contra la Iglesia. Sugirieron que se podría abrogar la prohibición contra la entrada de católicos en las logias masónicas. Las declaraciones oficiales de la Iglesia desde el 1983 han dejado muy claro que esto no es posible.

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La siguiente declaración expresa en resumen la posición oficial vigente.

Declaración sobre las Asociaciones Masónicas, Quaesitum est.
Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe.
26 de noviembre, 1983.

Se ha cuestionado sobre si ha habido algún cambio en la decisión de la Iglesia en respecto a las asociaciones masónicas ya que el Código de Ley Canónica, a diferencia del anterior, no las menciona expresamente. Esta sagrada congregación está en posición de responder que esta circunstancia se debe al criterio editorial que se siguió también en el caso de otras asociaciones que tampoco se mencionaron en cuanto que están contenidas en categorías mas amplias.

Por lo tanto, el juicio negativo de la Iglesia sobre las asociaciones masónicas se mantiene sin cambios ya que sus principios siempre se han considerado irreconciliables con la doctrina de la Iglesia ("earum principia semper iconciliabilia habita sunt cum Ecclesiae doctrina") y por lo tanto se continúa prohibiendo ser miembro de ellas.

Los fieles que se inscriben en asociaciones masónicas están en estado de pecado grave y no pueden recibir la Santa Comunión. No está en la competencia de las autoridades eclesiales locales el impartir un juicio sobre la naturaleza de las asociaciones masónicas que implicase una derogación de lo que se ha decidido arriba, y esto en línea con la declaración de esta sagrada congregación promulgada el 17 de febrero de 1981 (1).

En una audiencia concedida al subscrito cardenal prefecto, el Supremo Pontífice Juan Pablo II aprobó y ordenó la publicación de esta declaración que ha sido decidida en una reunión ordinaria de esta sagrada congregación.

De la Oficina de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, 26 de Nov. de 1983.
Cardenal José Ratzinger, prefecto.
Padre Jerome Hamer, O.P., Titular Arzobispo de Lorium, Secretario.
1. Ref.. AAS 73 (1981) pgs. 240-241.
(traducción no oficial -SCTJM).

La declaración de 1983 (arriba) establece con toda claridad que la condena a la Masonería por parte de la Iglesia es vigente. Las opiniones contrarias no cambian la realidad de las cosas.

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¿Por qué la Masonería?

La Masonería es producto del alejamiento de Dios en que los hombres han caído. Su influencia sobre los hispanos es favorecida por el machismo que considera la práctica cristiana como propia solo de las mujeres. La participación en la logia masónica se ha presentado como una alternativa para los hombres, donde, en vez de someterse a Dios, hablan de negocios y hacen contactos según sus intereses. Esto ha profundizado la crisis de falsa identidad masculina. Las consecuencias han sido graves tanto para la familia como para la sociedad.

Del sincretismo a la ceguera espiritual. Hay que tener en cuenta que muchos entran en la masonería buscando favorecerse de su poderosa red de contactos e influencias. Es una gran tentación el percibir las oportunidades que se abren en los negocios y trabajos para los miembros de la logia. Los masones suelen ayudarse entre ellos y tienen algunas obras benéficas. Está también el atractivo para los hombres en creerse que entran en un grupo élite de libres pensadores.

Sin duda, muchos están confundidos y creen que pueden ser católicos y masones. Quedan sinceramente consternados al conocer la posición de la Iglesia contra la Masonería. Cuando se les explican las razones no lo pueden creer. Dicen que su logia no es así. Es cierto que algunas logias ya no tienen la agresividad tradicional contra la Iglesia, pero la filosofía sigue siendo la misma. Hay además que tomar en cuenta que los miembros de bajo rango no saben la realidad oscura de la masonería porque se les esconde hasta que suban de grado y estén más influenciados y comprometidos.

Un masón que se llama católico escribió un artículo asegurando que los grados de la Masonería son complementarios con las creencias de "cualquier religión que crea en Dios". No podía comprender el "fanatismo" de "algunos" en la Iglesia que condenan la Masonería ("algunos", lea: todos los papas desde el año 1738). Más adelante, en el mismo artículo se lee: "la Masonería me ha inspirado a ser tolerante y aprender de las otras religiones. He leído con gran interés la Kabala, el Korán... todos los masones adoran al mismo Dios."

Parece por este escrito que en su logia no atacan directamente a la Iglesia católica, pero ocurrió algo que a veces es peor: lograron confundirle de tal modo que no ve la diferencia entre leer la Biblia y la Kabala (escritos del ocultismo). Busca ambas lecturas "con gran interés". Ha confundido la tolerancia (respeto a las creencias ajenas) con el sincretismo (mezcla de creencias uniendo la verdad y el error).

En la masonería moderna, por lo general, hay menos agresividad abierta contra la Iglesia. No se duda que hayan habido algunos cambios, pero en todo caso continúan latentes los mismos principios. ¿Por qué seguir en una asociación que está esencialmente errada y es dañina para el alma?.

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Jesucristo es El Camino, La Verdad y La Vida
Descubrir la realidad sobre la masonería es muy doloroso para sus miembros y familiares. Pero el dolor puede llevar al bien si ayuda a la conversión de vida.

Debemos amar a los masones sinceramente ya sean familiares, amigos o desconocidos. Debemos también apreciar y reconocer lo bueno que hagan.

La condena de la Iglesia no es falta de caridad sino una verdadera expresión de amor. Enseñar la verdad y advertir el error es un gran acto de amor. Por eso la Iglesia tiene el deber de alertar a sus hijos sobre el peligro que los graves errores de la Masonería acarrean a su alma y las consecuencias para la vida eterna. Eso mismo también es lo que hizo Jesús. Vemos el ejemplo de Jesús con los recaudadores de impuesto y con los pecadores en general. Ama al pecador mientras condena el error y el pecado.

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Cardenal Pablo Poupard (Presidente del Consejo para la Cultura -Vaticano): "La francomasonería mete en un mismo paquete todas las visiones del mundo. Es lo que yo denomino el "relativismo absoluto". Y el cristiano no puede admitir eso porque sólo Jesucristo es la verdad. Había que decirlo de forma clara. Ninguna visión del mundo puede situarse en el mismo lugar que la verdad de Cristo."