Mayo 2007

Autor: Josefa Romo Garlito

 

 

Mayo dilata el alma por la belleza de los campos y la temperatura del ambiente.

Todavía en muchas parroquias se practica el Ejercicio de las Flores, y, en bastantes ciudades, se despide el mes de María con el Rosario de la Aurora. El Ejercicio de las flores es un homenaje a la Virgen lleno de ternura espiritual. Recuerdo aquella emotiva canción: "Venid y vamos todos con flores a porfía, con flores a María, que Madre nuestra es…". Decía el mariscal Hindemburg que "en María encontramos la encarnación de todos los valores que necesitamos para nuestra vida". Yo destacaría su pureza virginal y su fidelidad esponsal, su amor y su espíritu de servicio alegre y desinteresado, el respeto y la obediencia (hoy lo echan de menos los padres y profesores), el respeto a la vida, la prudencia y la laboriosidad, etc.

Ayer, comentando sobre el mes de mayo en la escuela, una señora decía: "¡Que pena que se pierdan las cosas bonitas! Deberíamos transmitírselas a nuestros hijos. Ahora les enseñan cosas feas, y no debemos consentirlo".

Hoy se habla de valores y no se cultivan flores de devoción. ¿ No será la causa de la pérdida de valores en buena parte de la juventud de hoy? ¿ No será mejor recordar las virtudes por su presencia, que por su ausencia lamentarlas?