A propósito del Día Mundial contra el Sida

Autor: Josefa Romo Garlito

 

El 1º de diciembre se celebra el Día Mundial contra el Sida, la
pandemia del siglo, con el lema: "Detener el Sida, mantener la
promesa". Hoy ha comenzado en Madrid la 11 Conferencia Europea sobre
el Sida, con el objetivo de debatir las novedades clínicas de esta
enfermedad. Una buena noticia es que han aparecido nuevos
retrovirales; pero seguimos ante la mala de que ni siquiera los
primeros, aparecidos en 1996, han llegado a todos. Como siempre, el
dinero juega su papel. En Europa, y en España, concretamente, hay
demasiados jóvenes infectados debido al aumento del libertinaje,
consecuencia de falsas expectativas que se crean incluso desde centros
de enseñanza, esos lugares en que se debería educar en el autocontrol
y que hoy invitan al disfrute sexual. De poco nos sirve a los padres
pedir a nuestros hijos que tengan cuidado, si luego, quienes dan
charlas en los institutos, les proponen el preservativo como "sexo
seguro". ¡Menudo favor nos hacen! ¿ Qué consejo seguirán, nuestros
hijos, el de los que los invitan, sibilinamente, al hedonismo, o el de
los padres al pedirles un sacrificio en pro de su seguridad y
honestidad? Aunque en casa hablemos, siempre puede haber alguno que
siga los cantos de sirenas.
El mejor papel ante el Sida, lo juega la prevención verdadera, no los
parches que representan los preservativos, ninguno de ellos blindado.
Para esto no se necesita desembolsar mucho dinero, sino realismo,
buena, firme y fuerte voluntad. El espejo lo tenemos en Uganda, que,
siguiendo la línea recomendada por el método "ABC" (Abstinence, Be
Faithful and Condom: Abstinencia, Fidelidad y, como último recurso, el
condón), ha bajado la tasa de infección del virus del sida (VIH), del
30 % en los años noventa, al 5 % en 2004. Ningún país ha conseguido
igualarlo ni aproximarse siquiera en su rotundo éxito: su estrategia
de seriedad es la adecuada. Sí, Uganda no sigue los slóganes del
negocio del preservativo, que aumenta la promiscuidad creando falsas
expectativas y hace bajar la guardia. ¡Qué casualidad: los cajones de
las instituciones sanitarias africanas están llenos de preservativos,
pero todos están escasos de retrovirales! Allí, quienes se infectan,
mueren de seguro; aquí, si acuden a tiempo, se mantienen, pero
enfermos. ¡Qué lástima que hasta en la cumbre de las organizaciones de
políticas sanitarias, se cuelen quienes no buscan servir sino
servirse! ¿ No será, por esto, por lo que el Fondo Mundial contra el
Sida, organismo económico dependiente de la ONU, ha retirado las
ayudas a Uganda, país al que acusa de disponer de pocos preservativos?