La visión de muchos españoles

Autor: Josefa Romo Garlito

 

Cuando se acercan las elecciones, el tema de la
política está presente en muchos españoles que no nos
dedicamos a ella. Ya empezó a verse en los primeros
comicios de la transición democrática, en 1977, cuando
ganó la Unión de Centro Democrático (UCD) de Adolfo
Suárez. En mi centro de trabajo, unos decían: hay que
votar a Suárez, que es mejor eso que el que ganen los
socialstas. La gente quería progreso en paz, y salió
la UCD. La mayoría de los de izquierda se inclinaron
por Felipe González, centrado, y no por Carrillo: no
querían comunismo sino un cambio realista y con
garantías de paz. ¿Los catalanes? Muy serios en sus
negocios, por encima de derechas y de izquierdas, se
centraron en Jordi Puyol. Así fue como se perfilaron
las dos fuerzas mayoritarias, de centro, y las
nacionalistas, también de centro. La búsqueda del
centro, del equilibrio, aún permanece en el pueblo,
aunque al actual Gobierno parece no interesarle, quizá
por la influencia de algunos de sus socios.
Qué piensan ahora los votantes del PP? Por un lado,
ven en el PP, un partido moderado y democrático, fiel
a su vocación de progreso y de crecimiento económico,
muy hábil en asuntos económicos y que cuenta con
muchos activos, intercambiables, para hacer una
estupenda política de interior, de exterior, económica
y de educación, etc. Miran con agrado y confianza, que
el PP siempre haya rechazado las propuestas negativas
del PSOE: el aborto, porque es un asesinato y va
contra los derechos humanos; el divorcio exprés,
porque desestabiliza la familia, tan necesaria para la
salud social; la equiparación al matrimonio de parejas
homosexuales, porque es una burla a la razón y a la
evidencia, etc.. No obstante, a cada vez más de sus
votantes católicos, no convence. ¿ Por qué? El PP en
el poder se conformó con leyes inicuas que no aprobó
en la oposición, como el aborto. No son pocos los
votantes- cada vez más- a los que les preocupa la
moral y no quieren encender una vela a Dios y otra al
diablo.

Por parte de la izquierda, el PSOE actual, instigado
por algunos de sus socios de IU y de Izquierda
Republicana, parece que ha perdido el rumbo, el
centro, la mesura, el equilibrio. A bastantes de los
más atentos no les agrada el chalaneo con
nacionalistas, y quizá tampoco con comunistas o
radicales, y menos el modo como se ha conducido en el
tema del terrorismo. La mayoría de los votantes
socialista, también quieren la unión y solidaridad de
todos los pueblos de España; muchos dicen que son
cristianos y no creo que sean tantos a los que les
gusta el aborto ni el divorcio exprés, el desprecio
que se observa a lo católico ni la equiparación de
parejas homosexuales con el matrimonio; aunque, eso
sí, la mayoría no desaprueba-y hacen bien- a las
personas por razón de inclinación sexual.