La falsedad del aborto.

Autor: Josefa Romo Garlito 

¿ Creemos que el personal sanitario de las mal llamadas clínicas que realizan abortos (abortorios), tienen sentimientos positivos hacia la madre que aborta?¿ Sabemos en qué consiste un aborto? ¿ Lo saben los políticos que lo promueven, lo consienten o lo votan?¿ Por qué en las clínicas abortivas no se da información a las madres que allí acuden a abortar? "El aborto es un homicidio", como claramente dice Giuliano Ferrara , director del diario Il Foglio. Ferrara es ateo, excomunista y ha sido abortista; pero ahora pide  que la moratoria de las Naciones Unidas para la aplicación de la pena de muerte se aplique también al aborto. El aborto sólo puede practicarse desde la ceguera de una ideología o desde la ignorancia (algunos nunca han mirado el cadáver del niño) o desde una ambición desmedida que embrutece el corazón del hombre. Hay confesiones escalofriantes de empleados de "abortorios" de Estados Unidos. Uno de ellos es Judith Fetrow, quien afirma: "Es difícil trabajar practicando abortos durante un tiempo y creer que es un procedimiento seguro. Aún con los mejores médicos los abortos tienen muchas complicaciones menores y a veces mayores. Yo observé al Dr. William Pierd perforarle el útero a una mujer y después mentir acerca de la gravedad de la perforación. La complicación más horrible que presencié fue la de una mujer que dejó de respirar durante el aborto. El Dr. Michael Sussman salió del salón cuando acabó. A pesar de que le dije que la clienta no respiraba, me dejó sola con ella. Cuando regresó el médico, ni siquiera siguió el procedimiento indicado para esa situación. Fue un milagro que la mujer no muriera (…) Aunque se puede impedir que los empleados vean los cuerpos despedazados de los bebés, no hay vacuna para hacerlos inmunes al olor de sangre, que penetra la clínica los días de matanza. Generalmente hay un empleado encargado de los bebés. Ninguno de la Federación de Planificación de la Familia de los Estados Unidos o PPFA (Planned Parenthood Federation of America) quería ese puesto(...) Empecé a preguntarme si de veras estábamos cuidando a esas mujeres o si sólo estábamos trabajando en un negocio más, sólo por interés. La empleada común de una clínica no sabe que hay demandas judiciales contra la clínica donde ella trabaja. La Federación de Planificación de la Familia de los Estados Unidos o PPFA (Planned Parenthood Federation of America), no quiere que se hablen de complicaciones ni de errores. Sus empleados no tienen información sobre las lesiones y las muertes [de mujeres] que ocurren en las clínicas afiliadas. (…) ¿Quieren saber la verdad? Nunca las vi [a las que venían a practicarse el aborto] como mujeres. Para mí, si ellas eran tan estúpidas como para creer nuestras mentiras, entonces merecían exactamente lo que íbamos a darles. Y ése era el modo en que yo trataba a todas y a cada una de ellas (...) "En nuestras clínicas a nuestros médicos no les importan sus pacientes, eso es común en todo el país... Los ginecólogos que trabajaban en su práctica privada y que también venían a nuestra clínica, si alguna de sus pacientes tenía algún problema después, me llamaban a mí. Eso es común... No soy médico, ni estoy entrenada para evaluar problemas como la hemorragia post quirúrgica, etc. No tengo la capacidad de poder diagnosticar y dar el tratamiento, pero se me requerían ambas cosas y las hice durante tres años. Cuando me llamaban después del trabajo y decían: 'Tengo hemorragia, ¿qué hago?' Ese era mi problema, no el del médico. Yo era la persona de guardia, yo era quien recetaba los medicamentos(…) Teníamos un desmenuzador de papeles en mi oficina para ese propósito, de modo que si el fiscal viniera al día siguiente, no iba a encontrar ningún informe (…)Imagínense que...como sabíamos que podíamos controlar la conversación...le decía a ella [la clienta]: 'yo me preocupo por usted, tengo las cosas bajo control, soy adulta y he hecho esto anteriormente, yo soy la respuesta a su problema, no importa lo que sea'. Era como estar vendiendo. Yo era un instrumento de ventas (…) Como pueden ver, es un proceso que sucedió y que les sucede a otras personas que trabajan en la industria, no importa cuál sea su posición. Lo que motiva y maneja la industria es el dinero. Pero existe este secreto del cual nadie habla, y que consiste en que tengamos que fingir y presentar una imagen de que nos preocupamos por alguien, porque si la gente de veras nos viera como somos y pudiera ver nuestros corazones, el aborto no tendría el nivel de respeto que parece tener en...este país en general (…) Ustedes pueden oír que los medios de comunicación dicen que nos preocupamos por las mujeres. Que estamos luchando por el derecho de las mujeres, por el derecho de poder escoger el aborto. Y esto suena tan maravilloso. Y el público de los Estados Unidos se ha creído ese paquete de mentiras. Detrás de puertas cerradas acostumbrábamos a bromear acerca del término 'pro opción' [= a favor del aborto]. En nuestra clínica la única opción era que la clínica consiguiera su negocio. No había otra opción".