Petición de una Moratoria para el aborto

Autor: Josefa Romo Garlito 

El 3 de marzo en la Universidad San Pablo CEU (Madrid), se organiza un acto conjunto por la moratoria del aborto solicitada por el que fuera ex -comunista y ateo Giuliano Ferrara, director del diario italiano Il Foglio y fundador de un Partido político en Italia. Giuliano envió una carta-manifiesto al Secretario de la ONU para pedir que uniera a la moratoria por la pena de muerte, la moratoria para la pena de aborto. Se le han unido importantes personalidades del mundo de la cultura, de la ciencia, de la política, etc. Lleva razón Giuliano: ¿No es una hipocresía pedir la moratoria de la pena de muerte para unos y tolerar el aborto para otros, discriminando a los inocentes? Como Presidenta de la Asociación Cultura de la Vida, deseo y pido la abolición inmediata de el genocidio fiero y sangriento del aborto, que ha masacrado ya a mil millones de vidas humanas y dañado a tantísimas madres. Cualquier ley de aborto es injusta e inmoral, y un coladero. Bastan los atenuantes de la ley general para casos límite (no obstante, hay madres heroicas dignas de alabanza, pues por nada consentirían la matanza de su hijo). Dicen y es falso, que hay hijos no deseados. Todas las madre queremos, y mucho, a nuestros hijos (muchas prefieren morir a hacerles daño). Lo que existen son hijos inesperados o que se presentan cuando la madre está pasando una difícil situación. A la mujer necesitada no hay que volverle la espalda ni abocarla al aborto, sino proporcionarle cuantas ayudas necesite para salir de su penosa situación y llevar adelante su estado de buena esperanza. En eso se distinguirán las sociedades socialmente avanzadas, de las retrógradas y homicidas que abocan a las madres al aborto. La maternidad es la grandeza mayor de la mujer, incluso una vocación. Me echaría a reír, si no fueran las ganas de llorar, cuando oigo a ciertos políticos presumir de progresistas por figurar el aborto en su programa electoral. Que lo que se oculta en el vientre de la mujer embarazada es un niño, no cabe hoy duda a la ciencia, que desde hace treinta años comprueba el inicio de la vida humana en el instante mismo de la unión del óvulo con el espermatozoide formando el cigoto. Que es un niño el fruto del vientre materno, lo indicó siempre el sentido común. Sólo los ignorantes o maliciosos usan los términos "amasijo de células" o "producto de la concepción" para referirse al niño nonato e impulsar el aborto como "interrupción del embarazo". Buscan despistarnos con eufemismos, en aras de una ideología racista, de rechazo a los pobres y de un negocio, todo ello en la base de la propagación del aborto, crimen nefando. Hace unos días supe de las lágrimas de una muchacha inmigrante cuando vio la imagen de un niño abortado. "Yo fui a abortar sin saber lo que hacía"- confió a su amiga, que estuvo a punto de hacer lo mismo pero reflexionó antes-. ¿ Qué explican en los abortorios? Nada, pues temen perder a la clienta. Ni siquiera se atreven a mirar el "producto de la concepción" para evitarse sobresaltos con la dura realidad. El aborto no es interrupción de la vida como si de apagar temporalmente la luz la se tratara. Es cargarse al niño, matarlo. Quiero agradecer en primer lugar a la Iglesia, su firmeza en defensa de la vida; también, a Giuliano Ferrara y a cuantos se empeñan en difundir la cultura de la vida frente al horror del aborto.