Aborto, un retraso social.

Autor: Josefa Romo Garlito 

Una sociedad es verdaderamente avanzada, cuando a nadie se le considera dueño de alguien sino que a todos se exige respeto a la vida de todos y a los bienes ajenos. La maternidad nunca da propiedad sino vinculación afectiva y responsabilidad. ¿Podría considerarse progreso social, el que unos seres humanos fueran dueños de otros? Pasaba en tiempos de esclavitud, cuando algunas personas no veían reconocida su dignidad humana. Decir que "el aborto es un derecho" o que es "progreso", sería un chiste de mal gusto si no fuera porque se trata de una frase que enmascara la trágica realidad del aborto. El aborto voluntario promovido por la autoridad gubernamental con leyes favorables, pone en evidencia la falta de ética, la corrupción política y la falta de cultura del pueblo que consiente la iniquidad sin rechistar.
Los aplausos a las palabras del Cardenal Rouco cuando condenó el aborto en la plaza de Colón en Madrid ("Estremece el hecho y el número de los que son sacrificados por la sobrecogedora crueldad del aborto, una de las lacras más terribles de nuestro tiempo tan orgulloso de sí mismo y de su progreso. Ellos son los nuevos "Santos Inocentes" de la época contemporánea"), puso en evidencia que muchos españoles no aceptamos que se mate a los niños no nacidos, tan humanos como los nacidos.