Educar hoy

Autor: Josefa Romo Garlito  

 

 

Estos días asistimos atónitos a un fenómeno inusual: las manifestaciones de profesores ante la violencia de
alumnos. Este insólito hecho me lleva a la preguntarme: ¿Sólo son violentos algunos alumnos, desgraciadamente en creciente en número? Hay padres que también lo son. Al darles la razón “a priori”, sin escuchar al profesor, envalentonan a sus hijos contra los profesores. No olvidemos que el docente es pieza clave en la educación: aportan conocimientos, 
formación y destrezas, además de ser puntales básicos que apoyan la educación de la familia.
Merecen, pues, honra y respeto, tanto de alumnos como de padres, de las administraciones educativas como
de la sociedad entera, que sin duda se beneficia, indirectamente, de sus servicios. 
Hablando de educación, ¿ qué es lo más importante?
Miren, los niños aprenden lo que ven. Mal puede un niño o un joven respetar a los demás, si en su casa escucha insultos y descalificaciones. ¡Cómo se nota, en general, de qué familia proviene cada alumno, precisamente por sus modales! La educación no se realiza tanto por lo que se les dice a los hijos, cuanto por lo que éstos perciben de sus padres y, sobre todo, por las vivencias que se generan en la familia. Un ambiente de serenidad y de armonía entre los progenitores, crea paz y seguridad en los hijos.
Lo mismo se transmiten, como por ósmosis, los demás valores: paz, justicia, respeto, esfuerzo, constancia, veracidad, compasión, generosidad... Los padres que mienten , que no esperen que sus hijos les digan la verdad; los que pretenden medrar con lo ajeno, que sus hijos respeten las propiedades de los otros; los que se desentienden de los más débiles ( abuelos ancianos, por ejemplo), que en sus retoños se forje un corazón noble.