Los gobernantes deben tener principios

Autor: Josefa Romo Garlito 

“Una confrontación entre ciencia y valores morales, es fundamental que ocurra en la sociedad moderna”- afirma Francisco Ayala, ex jefe de la Asociación Estadounidense para el Avance de las Ciencias (AAAS)-. No sólo ocurre en el plano científico; también, en el de los gobierno de las naciones: cuando se desvinculan de la moral, pueden cometer atrocidades tremendas, como se ha visto en la historia reciente del siglo XX (comunismo y nazismo) y como se ve por el intento de una ley de aborto libre que desprotege en España completamente la vida del “nasciturus” en la teoría y en la práctica hasta las 14 semanas y más, despreciando incluso la sentencia del Constitucional. El que cualquiera, independientemente de sus principios morales, pueda ser presidente o ministro, compromete la vida humana y el desarrollo de los pueblos. Contra la ley de aborto que aquí se propone, sentencia el Constitucional que “el derecho de la mujer no puede tener primacía absoluta sobre la vida del nasciturus…, pues una vida humana... comienza con la gestación” que “ ha generado un tertium( un tercero) existencialmente distinto a la madre…”, y tiene “el Estado, con carácter general, dos obligaciones, la de abstenerse de interrumpir o de obstaculizar el proceso natural de gestación, y la de establecer un sistema legal para la defensa de la vida que suponga una protección definitiva de la misma”. ¿Lo sabe la ministra de Igualdad, o a la ministra de igualdad le da igual?