A comulgar vestida con minishort

Autor: Josefa Romo Garlito  

 

 

A los que entramos en la iglesia, ¿no nos llama la atención, durante el verano, el porte de algunas, en el templo? ¿Por qué-me pregunto- se ha perdido el sentido de lo sagrado y del respeto debido a la casa de Dios?

"Mi casa es casa de oración, y vosotros la habéis convertido en cueva de ladrones"- increpó Jesucristo, látigo en mano, a los que mercadeaban en el templo. ¿Qué diría, ahora, a las que entran en la Iglesia y en los oficios religiosos como si se tratara de un teatro, playa o cabaret? ¿Y cómo se dirigiría a aquellos que, teniendo autoridad, no la usan por cobardía o desacato ?

Hoy, día laboral, vi acercarse a comulgar, en "minishort"que ni cubría piernas ni vientre y un body que ligeramente tapaba el pecho, a una mujer de mediana edad. ¿Sería por comodidad, o por darnos una lección al resto?

Con lo fácil que es llevar, si se usa pantalón, unas bermudas, tan modernas y elegantes, y un chal sobre los hombros...

La palabra pudor parece haber desaparecido del vocabulario común, como si se tratara de vocablo añejo. ¿Ha huído? Afortunadamente, no en todas las mujeres, aunque en muchas jovencitas se impone la ligereza en el atuendo.

Aún recuerdo los cartelitos en el atrio de catedrales y en templos artísticos, que avisaban de la exigencia de porte adecuado para pisar en ellos. ¿Por qué, ahora, se prescinde de eso? Aprovecho para felicitar a nuestros hermanos ortodoxos, que, en templos muy visitados por su elevado valor artístico, disponen de atuendo femenino a fin de que ninguna tenga excusa para entrar sin el debido recato.