Sobre la Inmaculada, Patrona de España (algo de historia)

Autor: Josefa Romo Garlito  

 

 

Pura y radiante nos presenta la Iglesia a María Inmaculada, Madre del Señor y, también, Madre nuestra. En tiempos de Felipe González hubo un intento gubernamental de suprimir esta fiesta, pese a que data “en todos los reinos del Imperio español desde 1644” . Se salvó gracias a infinidad de firmas, elocuente testimonio de la devoción de tantísimos españoles a esta advocación mariana. Que la Virgen es Inmaculada, es decir, preservada del pecado desde su concepción, es dogma de fe, declarado por el Papa Pío IX ( 8-XII- 1854). En la Homilía de beatificación de este Pontífice, dijo Juan Pablo II: “Al proclamar el dogma de la Inmaculada Concepción, ( Pío IX) recordó a todos que en las tempestades de la existencia humana resplandece en la Virgen la luz de Cristo, más fuerte que el pecado y la muerte”. En el Voto a la Inmaculada, entre otros muchos pueblos de España, destaca Villalpando con su Voto de Villa y Tierra, el 1 de noviembre de 1466, el primero que se hizo. En 1621, Felipe III pidió al Papa que declarase el dogma de la Inmaculada Concepción; por las mismas fechas y con idéntica intención, hubo un juramento del municipio de Madrid y Claustro de la Universidad de Salamanca. Importantes pintores- también escultores- nos permiten disfrutar con la imagen de la Inmaculada; entre otros, Francisco de Pacheco ( 1619), Ribera ( 1635), Murillo ( 1650). El 16 de enero de 1761 el Rey Carlos III firmaba un Decreto-Ley por el que proclamaba, a la Inmacualda, “Patrona” de todos sus Reinos. En 1947 comenzaron, en Madrid, las Vigilias de la Inmaculada, iniciativa del siervo de Dios Padre Tomás Morales, sacerdote jesuita. Hoy se celebran en toda España, asumidas por la totalidad de las diócesis españolas, y en diversas ciudades de Latinoamérica.