El voto católico

Autor: Josefa Romo Garlito  

 

 

Nos quejamos de la banalización de la vida humana hasta extremos antes insospechados; pero, ¿de quién es la responsabilidad, sólo de ciertos políticos que derivan el delito del aborto a derecho, o también de cada votante? A la hora de votar, ¿tenemos conciencia de que la defensa de la vida de todos, debe ser el punto más importante? Llevan sobrada razón los Obispos del Estado de Nueva York cuando recuerdan en su carta pastoral Our Cherished Right, Our Solemn Duty: “El derecho inalienable a la vida de todo ser humano inocente excede en importancia a otras cuestiones en las que los católicos pueden aplicar un juicio prudencial, por ejemplo, cuál es la mejor manera de satisfacer las necesidades de los pobres (…). A los candidatos que rechazan este derecho fundamental a la vida mediante el aborto, la eutanasia o la investigación con células madre embrionarias, los católicos deben considerarlos los menos aceptables para un cargo público”. El respaldo a políticas que atentan contra los principios morales fundamentales, es “cooperar con el mal”. El Papa y nuestros obispos españoles hablan de “valores innegociables”, como la familia y la vida. Creo que ya es hora de que los católicos salgamos de nuestro letargo.