Ratzinger, pastor universal

Autor: Josefa Romo Garlito  

 

 

Con dolor y por obediencia, pero con gozo por ser ocasión para ahondar en la Teología, abandonó Joseph Ratzinger su ministerio pastoral de diácono entre los niños y los jóvenes y pasó a ser profesor del Seminario...
Con dolor y por obediencia, pero con gozo por ser ocasión para ahondar en la Teología, abandonó Joseph Ratzinger su ministerio pastoral de diácono entre los niños y los jóvenes y pasó a ser profesor del Seminario.

Con sacrificio y por obediencia cuando esperaba descansar, pero con la alegría de servir a Jesucristo, el que fuera cardenal Ratzinger ha aceptado ser el Pastor Universal de las almas, encontrando, sin buscarlo, la oportunidad de apacentar a todos los católicos con alimentos de honda y sana doctrina. Como Santo Tomás de Aquino, se hizo sabio mediante la
oración, la reflexión y el estudio intenso.

Sí, Benedicto XVI es el gran Papa que necesitábamos después de Juan Pablo II. Testigo fiel del Evangelio, ha dado pruebas sobradas de amor a Cristo y, como a Pedro, le ha pedido, a través de los cardenales y en su interior, que apaciente a sus corderos y ovejas.

Antes que continuar al servicio del Tercer Reich, aquel joven alemán , humilde pero fuerte, prefirió exponerse a ser fusilado desertando del ejército de
Hitler, que conducía a Alemania y al mundo a una gran ruina espiritual y moral. “No hay mayor amor que dar la vida”, y el Papa ha demostrado que el amor inunda su ser.

Ahora Benedicto XVI sabe que tiene sobre sí la misión de pastorear a los fieles de la Iglesia y librarnos de los estragos de la nueva dictadura del relativismo, ansiosa por infiltrarse hasta en la quilla de la barca de Pedro y hundirla si pudiera. Dios nos colocado en buenas manos. Por eso, le bendigo y le doy gracias.