La Voz del Papa
“Más fuerte que la discoteca”

Autor: Padre José Martínez Colín
 
 
1) Para saber

Hace unas semanas el Papa contestó a varias preguntas. Un joven que había asistido a la XXIII Jornada Mundial de la Juventud en Australia le hizo una pregunta interesante y práctica: le pidió un consejo sobre cómo vivir concretamente en la vida diaria los dones del Espíritu Santo y así poder dar testimonio de Cristo.
El Papa reconoció que no siempre es fácil. Es más, solos no podemos hacerlo, necesitamos la ayuda de Dios, pero también es cierto que debemos ser colaborar siendo instrumentos disponibles. Y para ello lo primero es mantenernos cerca de Dios, “en el radio del soplo del Espíritu Santo, en contacto con él... Entonces Él nos sugiere cómo actuar... Debemos pedir a Cristo que sople siempre sobre nosotros a fin de que ese soplo sea vivo y fuerte en nosotros, y actúe en el mundo”.

2) Para pensar

El Papa recordó una anécdota que le contó el gran maestre de los Caballeros de la Orden de Malta en Roma. Estando en Navidad fue, con algunos jóvenes, a la estación para llevar algo de Navidad a las personas abandonadas y necesitadas. Cuando se retiraba, escuchó que uno de los jóvenes le decía a otro: "Esto es más fuerte que la discoteca. Esto es realmente hermoso, pues puedo hacer algo por los demás".
Esos jóvenes no habían experimentado ese tipo de amor, pero ahora habían descubierto la belleza del amor, de saber darse a los demás. El Papa concluía que estas son las iniciativas que el Espíritu Santo suscita en nosotros. Sin muchas palabras, nos hacen sentir la fuerza del Espíritu. Así es como prestamos atención a Cristo, siguiendo sus inspiraciones que nos llevan a dar el amor a los demás en todo momento, en lo ordinario, en lo de cada día.
Hay una historia acerca del gran anglo-judío Sir Moses Montefiore, quien fue una figura destacada en Inglaterra en el siglo XIX. Fue hecho caballero por la reina y ayudaba por igual a judíos que a quienes no lo eran, pues contaba con cierta riqueza económica. Llegó a cumplir cien años. Una persona le preguntó ¿cuánto vale usted? Sir Moses pensó un poco y mencionó una cifra pequeña. La persona le replicó “pero su riqueza debe ser mucho mayor que eso”. Con una sonrisa Sir Moses le contestó: “Usted no me preguntó cuánto tengo. Usted me preguntó cuánto valgo. Así que calculé cuánto di para caridad este año. ¿Sabe? Valemos lo que estamos dispuestos a compartir con otros”.
Habría que pensar también ¿cuánto valemos?

c) Para vivir

Pero para saber dar a los demás, hay que mantener esa cercanía con Dios. Y para lograrlo, el Papa recomendaba dos sacramentos: “ante todo en el santo sacramento de la Eucaristía, en el que él sale a nuestro encuentro y entra en nosotros, casi se funde con nosotros. Pero también en el sacramento de la Penitencia, que siempre nos purifica, nos lava y elimina las oscuridades que la vida diaria pone en nosotros”.
Y concluía diciéndonos el Papa: “Si hacemos esto, si no somos demasiado perezosos, indisciplinados o indolentes, entonces nos sucederá algo,… entonces esta luz emanará de nosotros sin que tengamos que ponernos a pensar demasiado… si vivimos con Cristo, también las cosas humanas nos saldrán bien”.
Se trata, pues, de que la cercanía con el Señor nos lleve a imitarlo en su donación generosa con todos.