Voz del Papa:
El significado del Adviento

Autor: Padre José Martínez Colín  

 

1) Para saber 

Al comienzo del nuevo Año Litúrgico, el papa Benedicto XVI pronunció una homilía en que recordaba el origen de la palabra Adviento. Se remitió a la Primera Carta a los Tesalonicenses, en donde el apóstol invita a preparar la "venida del Señor nuestro Jesucristo conservándonos irreprensibles”. San Pablo usa precisamente la palabra “venida”, en latín adventus, de donde viene el término Adviento.

Esa palabra, recuerda el Papa, puede traducirse como “llegada”, “presencia” o “venida”, y en el mundo antiguo se usaba para indicar la llegada de un funcionario, la visita del rey, del emperador a una provincia o incluso la venida de la divinidad, que sale para manifestarse con poder.

Los cristianos adoptaron la palabra “adviento” para expresar su relación con Jesucristo, quien es el Rey y ha entrado en esta pobre “provincia” llamada tierra para visitarnos a todos; para participarnos de la fiesta de su adviento. Con la palabra adventus se quería decir: Dios está aquí, no se ha retirado del mundo, no nos ha dejado solos. Aunque no lo podemos ver y tocar como sucede con las cosas sensibles, Él está aquí y viene a visitarnos. 

2) Para pensar 

Se cuenta que en la plaza principal de una gran ciudad, un ateo decía, cierto día, un discurso en el que blasfemaba el nombre de Dios. Y al final exclamó con soberbia y en tono autoritario: “¡Doy cinco minutos a Dios para que me mate, si es que dice la verdad!”

Durante cinco minutos permaneció callado y su auditorio también. Después, el orador exclamó triunfante: “¿Vieron? ¿No les dije yo que no hay Dios?... ¡Si Dios existiese, Él me hubiera escuchado y yo estaría muerto ahora!”

Una señora de edad avanzada le preguntó: “Oiga, ¿usted tiene hijos?” El hombre respondió: “Sí, una hija. Pero eso que importa?” La señora continuó “¡Tiene, y mucha! Si su hija le diese una daga y, le dijese: “«¡Papá, mátame con esta daga!», ¿usted la mataría?” El hombre replicó: “Por supuesto que no”. “¿Y por qué no la mataría?”, continuó la sabia señora. “¡Porque quiero a mi hija!” afirmó el hombre. “¡Ah! ..., pues ahí está la razón por la que Dios no lo mató. ¡Él también lo ama, a pesar de su maldad!” Y la señora, con la mirada erguida al Cielo, concluyó: “¡Dios no lo mató, porque lo ama!” 

3) Para vivir 

La razón de la venida de Cristo es su amor. El Papa nos recuerda que la espera es fundamental en el Adviento, y es al mismo tiempo esperanza, una ocasión favorable para nuestra salvación. La esperanza marca el camino de la humanidad: el Señor está presente en el transcurso de nuestra vida, nos acompaña. Un día no lejano, todo encontrará su cumplimiento en el Reino de Dios, Reino de justicia y de paz.

El Adviento cristiano es ocasión para despertar en nosotros el verdadero sentido de la espera, volviendo al corazón de nuestra fe que es Cristo, el Mesías esperado por largos siglos y nacido en la pobreza de Belén. Al venir nos ha traído y continúa ofreciéndonos el don de su amor y de su salvación.

Concluía el Papa invitándonos a dirigirnos a Dios en este tiempo y presentarle los sufrimientos que nos afligen, nuestra impaciencia, las preguntas que nos brotan del corazón. ¡Estamos seguros de que nos escucha siempre!